Opinión

La tala

En mi ciudad, en la que vivo actualmente quiero decir, Vigo, hay un movimiento en contra de un proyecto todavía en estudio, que contempla la tala de cientos de árboles de la Gran Vía desde Urzáiz hasta Plaza de España. Eso incluye la desaparición de docenas de hermosos camelios, naranjos, tilos y castaños de indias, muchos de ellos casi o más que centenarios. Todo con el objeto de construir una especie de pasarelas o escaleras mecánicas que nos sirvan a los vigueses para salvar más cómodamente el desnivel entre esos dos puntos. 

Como me hago mayor la idea de evitar una más de las innumerables cuestas de esta ciudad, que se parece solo en eso en sus cuestas a San Francisco, me resulta atractiva. Pero no a costa de matar árboles, la verdad. Y he dicho bien "matar" árboles.

Es una lástima que la Gran Vía de Vigo no sea el bosque de Fangorn de El Señor de los Anillos y que Bárbol no esté aquí con Zarcillo, Corteza, Merry Brandigamo y Peregrin Tuk para poner las cosas en su sitio. Pero lo cierto es que el alcalde de esta ciudad se parece cada día más al Saruman de la novela de Tolkien. Y cada día menos a cualquiera de los pueblos libres del oeste: hombres, elfos, enanos, hobbits. Y árboles, claro. O si no vuelvan a leer el libro. También los árboles eran pueblos del oeste en aquella preciosa imaginación del escritor sudafricano. Árboles y hasta pastores de árboles, Ents que cuidaban los bosques desde hacía miles de años mientras soñaban con el imposible regreso de sus mujeres Ent, desaparecidas hacía tanto tiempo. En fin.

Supongo que el alcalde don Abel Caballero estará asesorado por algún Gríma Lengua de Serpiente, más interesado en la pasta de dicha obra que en el bienestar y la salud de los ciudadanos futuros. Un Gríma al que los árboles no le importarán nada pues a él solo le importará su beneficio. No sé quién es pero es obvio que detrás de todo esto hay un chollo gigante como un Troll de las cavernas. Pero hay esperanza, recuerden que los Trolls se convierten en piedra si les da la luz del día.

Si como imagino Abel Caballero se parece cada vez más a Saruman entonces la torre del ayuntamiento debe de ser la torre de Isengard, en cuyos subterráneos se esconderán miles de Uruk-hai dispuestos a liquidarnos a todos dejándonos la huella de una mano blanca en la cara. Y supongo también que en lo alto de esa torre estará prisionero Gandalf el Gris ¿cómo no? esperando el auxilio gracias a una mariposa, de Radagast el Pardo, el amante de las aves y las bestias. Esperando a que lleguen por fin... las águilas.

Ya lo he dicho otras veces: necesitamos un Frodo, un Aragorn, un Elrond, un Légolas, una Galadriel, un Gimli. Lo que no necesitamos es un talador de árboles. Este alcalde ya ha talado bastantes.

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