Opinión

Lemmings

n España se nos acumulan las renuncias a premios nacionales: Boadella, Jan, Josep Soler, Santiago Sierra, Javier Marías, Jordi Savall y la última la fotógrafa Colita... Dentro de poco tendremos más premios nacionales rechazados que aceptados, algo que debería hacer reflexionar sobre todo al gobierno. Pero este gobierno es ciego, sordo y mudo como esos monos que presiden los templos indios. ¿Es que no piensan? No les preocupa que tantos empiecen a creer que es mejor no recibir un premio nacional. Pues se ve que no. No lo piensan.
A mi me encantaría que me dieran uno. Los treinta mil euros me vendrían de perlas. Pero si yo fuera Javier Marías o Jordi Savall y tuviera la vida arreglada como le gusta decir al ex director de Sanidad de la Comunidad de Madrid, también lo rechazaría. Esos premios empiezan a parecerse cada vez más a las medallas de la Xunta o de la Generalitat.
Creo que era en una obra de teatro de Boadella en la que un personaje que representaba a Josep Pla atravesaba el teatro pateando unos objetos incómodos, basura, que inundaban el escenario y le impedían caminar. Cuando enfadado se inclinaba a recoger uno descubría que eran medallas de la Generalitat. Con las medallas de la Xunta pasa lo mismo, todo el mundo tiene una. Lo difícil en Galicia es encontrar a alguien a quien no se la hayan dado. Por cierto, yo no tengo. Lo aclaro por si Feijóo quiere hacerme el honor.
Es asombrosa la ineptitud de estos gobernantes que no dejan de criticar a Podemos por cualquier minucia y son incapaces de ver la viga gigante que les atraviesa los ojos de lado a lado y les sale por las orejas. Viendo alguna intervención pública por televisión, con Rajoy al lado de Soraya, yo he sentido pavor. Temía que Rajóy girara la cabeza inesperadamente y liquidara a Soraya de un golpe con la viga. Por suerte Soraya es más bajita y se libraría.
Pero lo fascinante de todo esto es que cada día ministros, presidente del gobierno, vicepresidenta, etc., cavan con más ahinco la fosa que los va a enterrar. PP y Psoe van a desaparecer y esto que digo puede parecer increíble pero ya está ocurriendo. Si no cambian ellos el mapa político español cambiará. Podemos no es hoy mas sorprendente que el Psoe reconstruido en Suresnes que ganaría las elecciones en los 80. Y entonces Felipe González y Alfonso Guerra eran tan raros o tan originales como Pablo Iglesias, Errejón o Monedero.
Este es un gobierno suicida. Un gobierno de lemmings, esos pequeños roedores de los países nórdicos que cuando sufren sobrepoblación se suicidan en masa arrojándose al mar desde los majestuosos acantilados noruegos. Aquí también tenemos sobrepoblación. De ladrones y mentirosos. Pero esos no se suicidan.
 Jordi Savall escribió una razonada carta al ministro de cultura en la que explicaba su rechazo al premio. Colita fue más directa: "No me apetece fotografiarme con usted, señor Wert."

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