Opinión

Lógica difusa

La idea del gobierno de prohibir las manifestaciones antitaurinas en las inmediaciones de las plazas de toros puede parecer absurda pero es coherente. Sobre todo teniendo en cuenta la lucidez y el sentido común del que suelen hacer gala nuestros próceres tan a menudo. Yo la veía venir desde hace tiempo. Lo que me extrañaba era que tardara tanto en llegar. Los toros aun no han expresado su opinión, aunque se espera que emitan un comunicado próximamente a través de Twitter.

Pero lo entiendo. En serio. Como a los ciudadanos no nos gustó lo de prohibir las manifestaciones políticas en las inmediaciones del Congreso o los escraches ante las casas de los banqueros, muy a la española el Gobierno decidió lanzarse al ruedo, sí señor. A por todas. ¡A torear! En este país el que no es torero es que no vale para nada.

Lo siguiente será prohibir las manifestaciones antimaltrato animal en las proximidades de galgos ahorcados; las antiviolencia en los estadios cerca de los estadios; y las pacifistas en los alrededores de instalaciones militares. Hasta ahí todo bastante normal. El "manifestódromo", es decir mandar a los manifestantes a donde no los vea ni oiga nadie, es una vieja aspiración de este gobierno nuestro (o de ellos, ya no sé). Una con la que sueñan cada noche desde el éxito que tuvo Putin en eso en los juegos de invierno de Sochi en 2014. ¿Cómo lo hizo el ruso? Pues prohibiendo el acceso por carretera a la ciudad, expulsando de ella a todos los posibles manifestantes, blindándola con más de 80.000 policías y mandando las manifestaciones al quinto pino. Es como el viejo chiste del tipo que consigue el número uno en unas oposiciones y un amigo le pregunta cómo lo hizo.

– Estudiando.

– ¡Bah! Así cualquiera. Nos ha fastidiado.

Vale. En España muchas veces los número uno en unas oposiciones se consiguen de otra forma. Pero no voy a entrar en eso ahora porque no es el tema. El tema aquí son los toros. 

No soy antitaurino. Como buen gallego la Fiesta Nacional no me dice ni fu ni fa. Me parece bonita y artística pero también cruel. Tengo sentimientos encontrados. En cambio intento ser, dentro de lo que puedo que no será mucho, antiestúpido. Y la idea de prohibir las manifestaciones antitaurinas me parece estúpida del todo.

Tengo una hermana filósofa que un día me explicó en detalle la "lógica difusa", algo que yo ni siquiera sabía que existía. Por supuesto no entendí ni una palabra de lo que me dijo. La lógica difusa es muy útil, se emplea en campos como inteligencia artificial para simular el pensamiento humano y otras cosas parecidas. A mi juicio nuestro gobierno se mueve en ese ámbito, uno desenfocado e ininteligible, como un personaje de Star Trek que explora un planeta raro en el que todo es borroso. Yo creo que habría que prohibirle a los políticos la entrada en el Congreso. Por lógica difusa.

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