Opinión

Motting

Lo mejor de la Gürtel, lo estamos viendo en los últimos días, son los ingeniosos motes que se pusieron unos a otros supongo que para entenderse entre ellos y no confundirse: Luis el Cabrón, el Albondiguilla, el Toyota, el Deli (de delincuente), el Angulas, etc. O sea que la trama Gürtel en realidad es una película de Santiago Segura. Quizá "Torrente, el brazo tonto de la ley", "Torrente II Misión en Marbella", o mucho mejor "Torrente V, Operación Eurovegas" esta les va perfecta, creo. 

A mi, visto el asunto así desde esta perspectiva cinematográfica, me encaja todo. Puedo imaginarme fácilmente a uno de esos tipos de la Gürtel diciéndole entre risas y whiskys a otro de sus colegas: "Oye chaval, ¿nos hacemos unas pajillas? Pero sin mariconadas, eh."

Bien sabía Santiago Segura lo que hacía cuando se inventó a ese personaje repulsivo y deleznable, Torrente. Y es que para muchos señores encorbatados y untados de gomina fijadora desde la ingle hasta la coronilla "Epaña" sigue siendo lo que fue siempre para ellos, un patio de Monipodio en el que pueden hacer libremente lo que les de la gana. Me juego mi cubo Rubik (original, comprado en Londres en el 89) a que muchos de esos Gürteles llevan una banderita rojigualda enredada en la correa del Rolex. Hay que fastidiarse.

Pero lo de los motes sí tiene su aquel. Es imaginativo, soprendente, audaz. Y además es muy español. En el pueblo de mi padre que no diré cual es, por ejemplo, no hay nadie que no tenga un mote. La pasión por ponerle motes a todo el mundo en ese pueblo llega hasta el punto de que a un señor, que por cierto es un encanto y una buenísima persona, lo llaman "el Equis", o no sé si decir "el X", nunca he logrado averiguar este punto... habría que preguntarle a Felipe González. Bueno, da igual, el caso es que aquí lo de ponerle motes a la gente es un deporte nacional, casi una religión.

A mi nunca me pusieron un mote que yo sepa. Pero en mis años juveniles sí conocí a muchos a los que les pusieron uno. El mote puede ser solo cariñoso, es verdad, pero por lo general es despectivo y cuando le ponen un mote a uno suele ser con un ánimo denigratorio. Hoy que está tan al día el "bullying" en las escuelas recuerdo que en mis años de chaval el "bullying" no existía, nosotros teníamos "motting".

El "mote" o "mondongo" como lo llaman en algunos sitios de sudamérica, es también un plato colombiano y/o venezolano hecho con maíz, vísceras de cerdo, vaca y chivo. Vamos, como unos callos. Yo no lo he probado nunca, pero por la pinta debe estar riquísimo. Así que ¡vaya por Dios! algo bueno tenían que tener los de la Gürtel que nos han enseñado esto, no te acostarás sin saber una cosa más.

Por cierto ¿no hay nadie en la Gürtel que se llame Pirracas?

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