Opinión

Ni yo tampoco entiendo

Dejando aparte que todos pensamos y sentimos lo mismo sobre el viernes 13 de París, hay cosas que yo no acabo de entender. Como decía aquel poema de Rafael Ballesteros: "Ni yo tampoco entiendo si se me abre el grifo y sale una bala tras otra bala, si abro la puerta y se nos entra el fusilado y la cierro y se me queda fuera el dedo, si unto amor en el labio entreabierto y nada, si miro al muro y todavía distingo los boquetes."

O sea, que yo no entiendo por ejemplo el concepto "autor intelectual" (del atentado), con que los medios designaron a Abdelhamid Abaaoud. Yo no lo hubiera llamado así por mucho que el chaval hubiera estudiado en un buen colegio; en todo caso lo hubiera llamado "autor criminal".

Ni entiendo que los telediarios pongan los mismos cuatro vídeos diecisiete veces al día. Tampoco que se cuente públicamente al minuto y con detalle el estado de la investigación policial. Doy por hecho que es una información falsa y no le otorgo ningún crédito. Es la que larga la policía... que no es tonta. Al menos si yo fuera el responsable de la investigación filtraría a los medios lo que me diera la gana y lo que más me conviniera para perseguir y detener a los asesinos y a sus colegas cuanto antes, y no para que ellos tuvieran información fiable.

Tampoco entiendo que el primer ministro francés Manuel Valls, que me cae bien, advierta de que podría haber ataques químicos o bacteriológicos. Eso ya lo sabíamos, pero parece que le está dando ideas a los terroristas: ¡Andá, no se me había ocurrido! Podríamos utilizar gas sarín, ¿no te parece, Ahmed?

Y tampoco entiendo la distinción entre islamistas radicales y moderados. Se referirá a que radicales engloba a los que asesinan y moderados a los que no. Pero moderados son los que solo dejan salir a sus mujeres de casa cubiertas de los pies a la cabeza, los que no permiten que sus hijos o hijas liguen o se casen con ateos, cristianos o nadie que no sea musulmán. Los que exijen que en los colegios públicos a sus niños no les pongan carne de cerdo en el menú. Pues que no la coman y punto. No son celíacos ¿por qué habría que hacerles un menú especial? Ese día que coman el arroz y dejen la carne. ¿No les enseñan eso en casa? A mi me enseñaron en casa que no había que pegar a las niñas. Me eduqué en colegios mixtos hasta los once y desde los catorce, y nunca le pegué a una niña.

Como bien dice el final del poema de Ballesteros: "Tampoco entenderé nunca el tiro de gracia, el tema 83, la democracia, el ácido sulfúrico, los ceros, el tacón, las hambres, el casamiento orgánico. De este mundo los dos sabemos poco pero estamos aquí, obligatoriamente obligados a entenderlo."

Sí entiendo La Marsellesa. Eso lo entiendo.

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