Opinión

Una de política ficción

Nave Nostromo. Diario de a bordo. Año 2016. Planeta Tierra. España. La formación liderada por Pablo Iglesias gobierna cómodamente con su holgada mayoría absoluta desde la aplastante victoria de Podemos en las elecciones generales de 2015. Los otros partidos políticos prácticamente desaparecidos sobreviven como náufragos al pairo, arrastrados por la tormenta de sus propias contradicciones y buscando un mínimo ERE o algún empresario despistado que aún les dé una limosna.

Entonces Pablo Iglesias se ve obligado a tomar una de las decisiones más importantes y polémicas de su brillante carrera política: ampliar la valla de Melilla a todo el perímetro del territorio nacional, incluyendo Cataluña, Baleares y Canarias. El objeto de la medida no es impedir la entrada de subsaharianos que a fin de cuentas son buena gente y vienen a currar. Sino impedir de una maldita vez la salida de políticos, empresarios del ladrillo y conseguidores varios que, como hicieron siempre, siguen largándose a Suiza o a las Caimán con sus pequeños, pequeños maletines. ¡Uuuy, qué pequeños son!

Los pasos fronterizos de Lobios, Fuentes de Oñoro o Ayamonte con Portugal; y los de Irún o Puigcerdá con Francia acumulan diariamente enfrentamientos de ciudadanos españoles con las fuerzas de seguridad del estado. Enfrentamientos que según algunos observadores, en su mayoría de la Fundación Faes y grupos similares, no se ajustan a derecho ya que incluyen "involuciones en caliente".

Ayer mismo en Ayamonte se produjo un violento asalto masivo a la valla. El cuarto este mes. Más de trescientos ex altos funcionarios del estado y conocidos ex políticos bien trajeados se encaramaron a la valla con sus pequeños, pequeños maletines. ¡Uuuy qué pequeños son! Y permanecieron en ella durante quince horas. Al fin, asediados por las guardias fronterizas de ambos países fueron devueltos a España. El comandante Velasco, a cargo de las operaciones de la guardia de Ayamonte, declaró:

– No hubo heridos, pero no fue porque no hubiera ganas de darle una bofetada bien dada a alguno.

El asunto se ha convertido en un problema político de orden internacional y el Parlamento Europeo discute si España sigue siendo miembro de la Unión ya que el país está totalmente rodeado por la valla. A esto el presidente español ha replicado con agudeza que "el tráfico libre de personas en ambas direcciones está garantizado. Pero además no dejamos que los delincuentes pasen a Europa ¿qué más queréis?" Los parlamentarios europeos no supieron qué responder.

Pero Pablo Iglesias no está solo. Cuenta con algunos apoyos de peso como los de Barack y Michelle Obama que el pasado octubre le enviaron una felicitación de cumpleaños por e-mail que decía "Yes we can". O el del papa Francisco que en una reciente entrevista en L'Osservatore Romano, preguntado por su opinión a propósito del líder de Podemos declaró:

– Me gusta ese pibe, ¡che! Además ¿se apellida Iglesias, no?

Nave Nostromo. Diario de a bordo. Nos vamos a Marte. No hemos podido hacernos con ningún maletín. ¡Uuuy qué pequeños son!

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