Atención: no olviden que lo delirante aquí es el personaje, no mi artículo. Gracias.
Un querido amigo muy activo en Internet, Pepe Fernández, publicó hace poco en su Facebook una reseña periodística de hace unas semanas. Una de esas que pasan como de puntillas y casi ni nos damos cuenta. La leemos, soltamos una carcajada, la comentamos con los amigos y punto. La noticia era que Kim Jong-Un, el jovencito y rechoncho gobernante de Corea del Norte, con motivo del aniversario de la muerte del padre de su padre había prohibido sonreír en todo el país. Una señal de duelo en honor a su abuelo (perdonen ustedes los estúpidos pareados que me salen a cada rato; debe de ser la influencia del coreano, un idioma que desconozco).
Además Kim Jong-Un también prohibió hablar en público, beber se supone que alcohol, y bailar. Como el mandatario norcoreano no especificó qué clase de baile, doy por hecho que todos desde El Lago de los Cisnes hasta una sardana. Y ahí debió haber intervenido inmediatamente Artur Mas, creo yo. Pero no vi que lo hiciera. Y es que Mas cuando le conviene se queda más callado que un muerto. En fin.
Prohibir sonreír, beber y bailar me parece una idea fabulosa y genial, propia de un cuento del realismo mágico. No recuerdo que dictador sudamericano fue, lo contaba el escritor Augusto Monterroso, había ordenado eliminar de los dicionarios del país entre otras palabras que no le gustaban la palabra "obrero". Este Kim Jong-Un es igual.
Kim Jong-Un no sale muy a menudo en la prensa occidental, pero cuando sale arrasa. El chico es glamuroso como una estrella de Hollywood. Y también es un poco como Hitler, solo que en orondo y pequeño. A mí me tiene pinta de rapero, lo que pasa es que él es norcoreano y los raperos coreanos son todos surcoreanos (perdonen otra vez los pareados, lo siento).
No sé si lo saben ustedes pero la música surcoreana es lo más últimamente. Los mejores raperos y DJs del planeta vienen de Corea, pero de Corea del Sur. Jovencitos como ZICO que se tiñe el pelo de azul celeste; MIR que se lo tiñe de naranja; o ZELO que se lo tiñe de amarillo son la bomba en el panorama musical internacional. La diferencia estriba en que ZICO, MIR y ZELO son guapos, delgados y modernos; y Kim Jong-Un es una pequeña foca mal alimentada, con sobrepeso y un aspecto decididamente antiguo. Supongo que por eso el artista no tiene mucho éxito más allá de las fronteras de su finca privada, Corea del Norte. Aun así eso no le impide ser jaleado por sus fans como si él solito fuera los Beatles, los Rollings y One Direction, todo a la vez.
En fin, ya lo saben: no sonrían, no hablen en público, no beban, no bailen. Eso sí, de otras actividades igualmente ingenuas y placenteras como follar, por ejemplo, el enano norcoreano no dijo nada.
