La semana pasada se murió Ben King a los 76 años. Eso es casi como si el mundo se quedara por un momento algo más vacío y hostil. Sin un ángel. Un mundo triste y solitario envuelto en el frío y la oscuridad del invierno. Desde luego Ben cantaba como un ángel, eso sí.
No sé si habrán visto ustedes "Stand by me", la película de Rob Reiner de los ochenta que tiene como tema musical principal la canción del mismo título de Ben King. Cuatro chicos que van en busca de un cadáver y de una aventura a lo largo de una vía de ferrocarril. Cuatro chicos locos. Una preciosidad en color envuelta en la bonita canción del cantante de Carolina del Norte. En España se tituló muy apropiadamente "Cuenta conmigo". Un buen título para una película a pesar de la discutible traducción. La película está basada en un cuento de Stephen King, creo que uno de los pocos en el que no salen zombies o cosas parecidas. No sé. Para mí es el mejor de todos sus cuentos. Trata de la amistad entre unos chicos que son demasiado jóvenes y ni siquiera saben todavía lo que es la amistad, aunque lo descubrirán con los años y con dolor. Y la película lo cuenta así, preciosamente.
A mí también me duele que haya muerto Ben King. Siento como si me faltara algo. Entre tantos desastres naturales en los que muere tanta gente estos días no sé por qué la muerte de una única persona, una en realidad desconocida, me parece tan importante. Es como si fuera un amigo. ¿Por una canción? ¡Qué tontería!
Pero una canción, como un abrazo o un beso puede ser lo que ata tu alma a alguien para siempre. Aunque no quieras. Un beso, un abrazo, una canción tienen un poder inimaginable, extraordinario. Un beso es un beso es un beso... o algo parecido decía Vicente Huidobro en un poema a propósito de una rosa. Ben King lo sabía bien y lo cantó así en ese "Quédate conmigo" suyo, que estos días repiten las radios constantemente.
"Cuando caiga la noche / y la tierra esté oscura / y solo veamos la luz de la luna, / ah no, no tendré miedo, / no tendré miedo siempre que estés conmigo. / Así que, cariño, cariño, quédate conmigo. / Si el cielo se derrumba sobre el mar / no lloraré / no derramaré ni una lágrima siempre que estés conmigo. / Así que, cariño, cariño, quédate conmigo."
Yo por lo menos me quedo con él. Con ese tipo negro y guapete vestido de traje y corbata. Con esa voz inimitable. Con esa canción que nos ha dejado para aclararnos, por si teníamos alguna duda, que es él el que se va a quedar con nosotros para siempre. ¿Recuerdan? "Stand by me": "No lloraré / no derramaré ni una lágrima siempre que estés conmigo. / Así que, cariño, cariño, quédate conmigo."
