Opinión

Un ramito de violetas

Advertencia: este artículo no trata sobre lo que parece.
La próxima semana hay un 9 de noviembre. Los 9 de noviembre a mi me suenan así: "¿Quién le escribía versos?, dime quién era / ¿Quién le mandaba flores por primavera? / Quién cada nueve de noviembre / como siempre sin tarjeta / le mandaba un ramito de violetas".


Hace años, siendo universitario en Madrid un día fui a Pozito. Al Pozito de Argüelles. Pozito era una cadena de tiendas de artículos para fumador. No sé si aun existe. Yo era un crío, pero como entonces era algo hippie y fumaba en pipa quería comprar una pipa de espuma, de esas blancas tan bonitas. Las pipas de espuma eran caras y Pozito era caro así que yo sabía que no tenía muchas posibilidades pero allí estaba, curioseando. Era el año 79 o así. Entonces entró en la tienda una señora mayor que se dirigió a la dependienta y puso un mechero de oro, no sé si Dunhill o Dupont, sobre el mostrador. Yo seguí estudiando mis pipas pero activé el radar, las orejas y el sónar.


– ¿Sabe quién es Cecilia? –preguntó la señora.
– ¿La cantautora? –replicó la dependienta.
– Sí.
– Sí.
– Pues yo soy tía suya. Bueno, lo era. Este mechero era suyo. Está estropeado. ¿Pueden arreglarlo? 
La dependienta dijo que seguramente sí y que tendría que dejárselo unos días.
– Tiene un gran valor sentimental ¿sabe? –añadió la señora.
– Ya.
La señora dejó el mechero y se fue. Yo no compré la pipa de espuma, todas eran demasiado caras para mí. 
Así que los 9 de noviembre siempre me acuerdo de aquella escena que viví desde fuera, como un espectador en un cine. Una de esas escenas que te emociona, pero con la que no tienes nada que ver. Cecilia había muerto dos años antes en accidente de coche regresando a Madrid desde un concierto en Vigo, casualmente la ciudad en la que vivo ahora. Pero sus canciones siguieron vivas en la televisión y en la radio mucho tiempo y aun siguen vivas hoy en mi memoria y en mi corazón.


          La violencia de género en España cada día asusta más. No hace sino crecer. Hay 5.000 denuncias al año solo en Galicia. ¿Qué pasa? ¿Estamos locos? Mucha gente mayor suele decir que antes estas cosas no ocurrían. Pero ocurrían, solo que no salían en las noticias. Lo único que ha cambiado es la información.


Bueno, no es exactamente así. Otras cosas han cambiado y algunas apuntan a la esperanza. Pese a lo que solemos creer somos el país de Europa con los índices más bajos de maltrato y violencia de género, con diferencia sobre los demás. Por ejemplo suecos, daneses, noruegos, tan elegantes ellos, son bastante peores que nosotros.   


En fin, chicas, si tenéis problemas llamadnos o llamad al 016 ya, os ayudaremos todos, lo prometemos: "Era feliz en su matrimonio / aunque su marido era el mismo demonio". 
Cecilia... ¡qué grande era!

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