Opinión

Rapa Nui

Unos arqueólogos que se han dedicado a desenterrar las famosas estatuas cabezudas de la Isla de Pascua han descubierto que no son solo cabezas sino torsos enteros, pero que en su mayor parte estaban bajo tierra. Nadie lo sabía hasta ahora. El descubrimiento es casi un símbolo o una metáfora muy instructiva y reveladora de lo que nos ocurre todos los días: nada es lo que aparenta ser y nadie es quien aparenta ser. Supongo que Erich von Däniken podrá escribir ahora una secuela de sus exitosos libros de los setenta a raíz de este descubrimiento. Yo la espero con ansia. Ya he avisado a mi librera para que me reserve un ejemplar en cuanto salga.

Y si no, vean. A la infanta Cristina la ha absuelto el otro día el mismo juzgado que hace unos meses condenó a tres años de cárcel a un chico por robar una bicicleta. Y yo me pregunto: ¿es que hay algún español que en todos estos años de juicios y dilaciones administrativas haya pensado ni siquiera por un momento que la iban a condenar? Que levante la mano, por favor. Nadie. Vale, lo suponía. Lo de Urdangarin ni lo comento porque estaba cantado en voz baja. 

Más. Felipe González se ha unido a Aznar para reclamar que Venezuela sea expulsada de la OEA. ¡Vaya!, con la cantidad de gobiernos dictatoriales, crueles, abusivos con sus ciudadanos que hay en el mundo ¿por qué tienen esa manía precisamente con Venezuela? A mí tampoco me cae bien Nicolás Maduro, pero no entiendo esa animadversión tan peculiar, centrada exclusivamente en un único país. Tampoco me gusta Kim Jong-un y podría escribir una larga lista de países y gobernantes odiosos a los que habría que denunciar permanentemente. Todos podríamos hacerlo, ¿o no?

Otro. Donald Trump, el hombre de moda. Un tipo que odia a toda la prensa, ¡uuuh, a toda la prensa sin excepción! Todos son malos y mentirosos según él. Periódicos, periodistas, cadenas de televisión y radio, internet, etc. Bueno, la verdad es que todos no, a Donald le gusta la Fox, una cadena de televisión cuyo nombre casualmente significa "zorro". ¿Es revelador, verdad? Parecerá una tontería pero cada vez más creo que las cabezas ocultan los torsos como han descubierto esos arqueólogos de los que hablaba al principio.          

Rapa Nui es el nombre del pueblo que vivía antiguamente en la Isla de Pascua, un pueblo de origen polinesio aunque la isla en realidad sea chilena como Pablo Neruda. Ya saben: "me gusta cuando callas porque estás como ausente". Muchos deberían quedarse calladitos, nos iría mejor. 

La misteriosa y fascinante Isla de Pascua se llamaba en su lengua original "Matakiterani" que significa más o menos "Isla de los ojos que miran al cielo". A veces pienso como decía Óscar Wilde, o quizá es que me gusta pensarlo (yo es que en el fondo soy un optimista), que "todos vivimos en el arroyo, sí... pero algunos estamos mirando al cielo."

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