Opinión

Reinas Magas

Lo mejor de estas navidades va a ser la ocurrencia de incluir Reinas Magas en algunas cabalgatas de Madrid. Un asunto que ha soliviantado a muchas personas entre las que no se cuentan, que se sepa, los propios Reyes Magos que no se han pronunciado al respecto. Además, junto con otras bromas jocosas el asunto ha servido para poner en el mapa de las redes sociales una olvidada obra de teatro para niños de la maravillosa Gloria Fuertes, titulada “Las tres Reinas Magas, Melchora, Gaspara y Baltasara”

Como sabrán mis lectores, yo siento adoración por Gloria Fuertes, como aquel inefable cabo de la guardia civil interpretado por Saza en “Amanece que no es poco”, que sentía adoración por Faulkner (pronúnciese Fúlner, please).

Según la divertida obra de Gloria, las tres Reinas Magas van a Belén a ver al Niño Jesús en sustitución de sus maridos que están en la guerra... y ellas quieren la paz. Los diálogos de la obra están llenos de la ternura y el arrollador sentido del humor de la escritora. Como cuando Gaspara riñe así a sus compañeras de viaje que se están pasando con el anisete: “Comportaos muchachas / no estaría nada bien / que llegaran las tres reinas magas / borrachitas a Belén” O una memorable intervención de Baltasara quejándose del rancho: “Lo de las sardinas en lata / no deja de ser una lata / ¿por qué no habrán inventado ya / la tortilla de patatas?”

O sea, volviendo a las cabalgatas de Madrid, la preocupación que más aparece en la prensa y los medios indignados con eso es ¿cómo se lo tomarán los niños? Otra pregunta más interesante que no he visto reflejada en ningún sitio pero me he hecho yo al leer la noticia es ¿y cómo se lo tomarán las niñas? Según parece, la reina sustituirá a Melchor o a Gaspar pero no a Baltasar, algo en lo que los organizadores parecen estar de acuerdo. ¿Por qué? Esto también me resulta intrigante.

La alcaldía madrileña ya aclaró que solo se trata de una mujer interpretando el papel de un hombre. Que no hay ninguna maga y que Gaspar sigue siendo Gaspar. Yo creo que no tiene tanta importancia. Y me resulta sospechoso que casi siempre las críticas a Manuela Carmena sean por tonterías de ese calibre político e intelectual.

Las cabalgatas de reyes encierran un sentido religioso para muchos, pero hace tiempo que se han convertido en un espectáculo de masas y entretenimiento como una competición deportiva, un desfile o un concierto. Desde la antigua Roma hasta el teatro isabelino y en casi todas las culturas hasta el XVII las mujeres no podían actuar en el teatro, les estaba prohibido, los papeles femeninos los hacían hombres. Hoy, que una mujer interprete en un escenario el papel de un hombre o viceversa es normal. Es teatro.

Sinceramente, yo creo que los niños ni se van a fijar. Su mente es mucho más flexible que la nuestra.

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