Opinión

Tres eran tres

Atención, artículo machista. Ahí va. "Tres eran tres / las hijas de Elena, / tres eran tres / y ninguna era buena."

Las tres son Irene Montero, portavoz de Unidos Podemos en el Congreso; Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE; y Margarita Robles, portavoz del PSOE, también en el Congreso. O sea, Dios las cría y ellas se juntan... en el Congreso. Estas tres muchachas no se dan cuenta de que son idénticas a otro trío femenino famoso: Ana Botella, Esperanza Aguirre y Celia Villalobos. Yo las veo iguales porque ninguna de las seis habla en español. Veamos a las tres primeras; otro día me ocuparé de las otras. 

Irene Montero es una chica que sin formación pero con estudios ha conseguido llegar muy alto en la vida. En la vida política, claro. Hasta el punto de querer enmendarle la plana a la Real Academia Española tras ser criticada por decir "portavoces y portavozas", observen con qué agudeza linguística esta inteligente muchacha cambió la "c" por "z" en la segunda acepción. Según ella "la Real Academia tiene mucho que aprender y hacer por la igualdad entre hombres y mujeres". ¡Bingo! También tienen mucho que aprender y hacer sobre eso el ciclismo, el golf, las religiones del mundo y tantos gremios profesionales como el de la panadería, el de la albañilería, el de los abogados y abogadas ¡uy, perdón!, o el de la construcción de maquetas a escala para los estudios de arquitectura. Incluso usted y yo tenemos mucho que aprender y hacer por la igualdad entre hombres y mujeres. Yo me esfuerzo en ello, pero me da la impresión de que Irene Montero solo dice bobadas, aun encima mal dichas. Bobadas mal dichas parece aquel chiste de Woody Allen de dos señoras lamentándose en un hotel de montaña:

– ¡Uy!, la comida aquí es malísima.

– Sí. Y además es tan poca...

La siguiente, Adriana Lastra, ha secundado a Irene Montero y la ha apoyado asegurando que "lo que no se nombra no existe". Cierto. Eso es indiscutible. Por ejemplo, yo nunca nombro al Yauzquilichote, un rarísimo y escaso anfibio con aspecto de salamandra que vive en los ríos de la Amazonia y está en peligro de extinción. Y ¿saben por qué no lo nombro? Porque no existe. Me lo acabo de inventar. Las "portavozas" no existen. Son siempre "portavoces" sean chicas, chicos o cualquier otra cosa. El portavoz, este sí, de YPLI (Yauzquilichotes por la Igualdad, una asociación colombiana que defiende los derechos y la visibilidad de estos simpáticos anfibios), ha declarado recientemente en una intervención en Naciones Unidas lo siguiente: "A nosotros ese tema no nos interesa, cambiamos de sexo a voluntad cuando las condiciones climatológicas, alimenticias o reproductivas son adversas. Ustedes hagan lo que quieran." 

En fin, que la guinda a esta tarta/trío la debería poner Margarita Robles, pues según Adriana Lastra es su "portavoza" en el Congreso. Que diga algo doña Margarita pero que lo diga en español, please. Arigato.

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