Opinión

¿Truco o trato?

El tan traído y llevado muro con México que piensa levantar Donald Trump quizá no sea una mala idea después de todo. Más que nada para que precisamente tipos como Donald no puedan pasar a México con facilidad. Yo estoy por montar una petición en Change.org para conseguir firmas y apoyar el proyecto. Creo que por lo menos me la firmaría aquel personaje extraño que interpretaba Javier Bardem en la alabada "No es país para viejos" de los hermanos Cohen, Anton Chigurh, que se cargaba al personal disparándole entre las cejas con una pistola para matar ganado. A mi Donald Trump me recuerda un poco a aquel tipo aunque, todo hay que decirlo, en dicha película Javier Bardem tenía el pelo mucho más planchado y sólido que el del neoyorquino, eso sí.

A Donald Trump le ha tocado, creo que en un sorteo, el Lego más grande del planeta y como un niño que ha sido bueno, el día 25 de diciembre por la mañana aun en pijama se ha puesto de inmediato a jugar con él, ante la sorpresa e indignación no solo de Papá Noel, sino también de todos los Playmobils del mundo, sorpresa e indignación que se reflejan en multitudinarias manifestaciones de todo tipo. Pero a Donald los Playmobils que a fin de cuentas son pequeñitos, le importan un rábano y ni siquiera les presta atención, él sigue montando con determinación sus piezas de Lego una a una.
Donald Trump minusvalora a los mexicanos, unos tipos orgullosos, admirables y locos, capaces de montar una balacera de órdago tan solo por una palabra mal dicha. Unos tipos que cuando sus vecinos del norte lo único que sabían hacer era arrastrarse por las praderas a gatas para intentar cazar malamente un cochino bisonte, ya tenían ciudades mucho mayores y más organizadas que cualquier ciudad de Europa como Tenochtitlán, Teotihuacán, Tikal y otras. Unos tipos que cantan rancheras, comen calaveritas y bailan con la muerte el día de Todos los Santos, en lugar de recortar calabazas e ir por ahí pidiendo caramelos de puerta en puerta: ¿truco o trato?

Yo creo que Donald Trump solo es un niño malcriado, vestido de fantasma de pega por sus papás para hacerle unas fotos tontas y hacerse con él unos selfies aun más tontos ese día, el de Halloween. Un niño que inconscientemente está llamando a la puerta de México para preguntar ¿truco o trato?, sin darse cuenta de que si sigue en esa línea lo que le van a dar al final son calabazas.

Por cierto que México se escribe así en español con equis pero en realidad se pronuncia con jota, una preciosa rareza lingüística de nuestro idioma que tiene su origen en el náhuatl que hablaban los antiguos mexicas cuando los españoles llegaron allá. Según muchos estudiosos México significaría probablemente "centro del mundo". Pero claro, Donald Trump no tiene ni idea de nada de esto. En fin, que el dios Huitzililopotchli nos coja confesados.

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