Opinión

Trueba y los boicots

La última película de Trueba está siendo objeto de un boicot, supongo que auspiciado por nostálgicos de la España Una Grande Libre, a propósito de la famosa frase cuando recogió aquel premio nacional de cinematografía y dijo en medio del discurso "nunca me he sentido español".

Pues la verdad, yo tampoco ¿qué quieren que les diga? A lo largo de mi vida me he sentido ya que nací en Ourense de padres de El Rosal, gallego mucho, madrileño bastante, neoyorquino un poco, londinense o parisino de lejos, pero español... no. La "españolidad" que yo pueda tener no la llevo en una banderita de colores en la correa del reloj, la adquirí porque le dio la gana, y la adquirí a través de Cervantes, Velázquez, Goya, Quevedo, Picasso, Lope de Vega, Valle Inclán, Lorca y un buen montón de gente más que podría citar, algunos incluso perfectos desconocidos, pero como Trueba tampoco yo la siento como una emoción, sería como si me emocionara por tener el pelo rizado. ¡Vaya tontería!

A propósito de boicots estúpidos, hace años hubo uno famoso en España contra productos franceses porque en Francia tiraban nuestros camiones de frutas por el suelo en la frontera, como suelen hacer los franchutes de vez en cuando. Asuntos entre comerciantes, transportistas y los respectivos ministerios de importación y exportación de ambos países que a los ciudadanos al final ni nos vienen ni nos van. Yo vivía en Vigo entonces, recién llegado de Madrid. Un día por navidad estaba haciendo una compra en el super de El Corte Inglés y pasé la caja con un carrito lleno de botellas de champán. Champán, no cava, Dom Pérignon, Moët Chandon, Viuda Cliquot, etc. Por supuesto no eran para mí, yo no tenía tanta pasta, la mayoría eran regalos de empresa o compromisos digámoslo así. Entonces una señora que iba delante de mí me lo recriminó violentamente tachándome de anti español por comprar aquellos productos. Lo sorprendente era que la señora llevaba su propio carrito lleno de docenas y docenas de tetrabriks de leche Larsa.

Señora –le repliqué–, no sé si lo sabe pero el 30% del accionariado de Larsa es francés, salió en el periódico el otro día. ¿De qué me habla? ¿Le parece mal que yo compre un producto, excelente por cierto, de un fabricante determinado solo porque es francés, belga, suizo o de Uganda? Entonces no compre usted esa leche que es bastante... "francesa".

No supo contestarme. Eso sí, se llevó todos los cartones de leche tras pagarlos con su tarjeta y dedicarme una última y demoledora mirada flamígera. Por suerte no fue lo suficientemente flamígera como para incendiarme de verdad, si no yo no estaría escribiendo esto. Y, claro está, Larsa no hubiera tenido la culpa de mi ignición espontánea.

A mi el boicot a la película de Trueba me parece la tontería del año. Deberíamos de tener un "Ministerio de Tonterías" para darle premios a las mejores. Esta se lo merece.

 

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