Opinión

Zascas

España está llena de personajes curiosos y singulares, en la literatura y en la realidad. Así no es extraño que Valle Inclán se inventara a Max Estrella; Muñoz Seca a don Pero de Toro; o Cervantes a Tomás Rodaja, el Licenciado Vidriera.

Un personaje curioso de hoy que a mí me llama mucho la atención es Gabriel Rufián. Y me llama la atención porque aunque no dice más que bobadas, cada cosa que dice es saludada en las redes sociales siempre de la siguiente forma: "el zasca de Gabriel Rufián a X (sea quien sea X), tiene ya tres mil retuits". Después abres la página del Huffington Post, de El País o del periódico que sea, lo lees, y el zasca es una tontería de campeonato. Gabriel Rufián ha conseguido hacerse famoso hasta lo indecible sin necesidad de salir en "Tu cara me suena". Da igual lo que diga, siempre parece que va a ser interesante, pero después no lo es.

Bien, vale. El caso es que el diputado de Esquerra Republicana se ha especializado en zascas, una cosa aparentemente nueva según Twitter, pero en realidad muy vieja. Zasca es lo que antes llamábamos corte. O sea, te doy un corte. Se supone que un corte de mangas o un corte de otra clase. El caso es ridiculizar y dejar en evidencia al otro con una frase breve o con un gesto. La palabra corte, según el diccionario panhispánico de la RAE, me he tomado el trabajo de consultarlo, tiene unas 14 primeras acepciones entre las que no está esa. Después hay algunas más y la última es "corte de mangas" que sabiamente el diccionario define así: "Ademán de significado obsceno y despectivo que se hace con la mano, a veces extendiendo el dedo corazón entre el índice y el anular doblados. A la vez se levanta el brazo doblado y se golpea con él la otra mano." ¡Dios mío! Nunca podremos agradecerle lo suficente a los académicos, a doña María Moliner y a tantos otros estudiosos las horas de sus vidas que dedicaron a entendernos y a explicarnos quiénes somos y cómo somos.

Gabriel Rufián va de político pero no es político, solo es zasquero. Y por hacer de zasquero cobra 5.000 o 6.000 euros al mes. Yo así también querría ser zasquero. Me postulo para eso. Incluso hago unas higas buenísimas, lo digo por si a alguien le interesa darme un cargo. Me muero por corromperme.

A propósito de zascas, higas, etc., he ido a internet a buscar insultos interesantes y he encontrado estos: fufurufa, mamapoyas, sapocatreyjueputa (este no lo he sacado de internet sino que me lo ha dicho un amigo colombiano), mojocón, rascaortos, mico despeyejado, calamardo, ñanga, parido por el sobaco, zapo, hijo de las mil pollas, hueletangas, gargajo gripiento... y lo dejo porque nuestro premio Nobel don Camilo José Cela ya está bien enterrado gracias a Dios, y que Dios lo tenga donde se merece. 

Rufián, guapo: cómprate un libro.

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