La comarca de A Limia se enfrenta a una producción de trigo “nefasta”
REDUCCIÓN DEL 70%
Se estima una reducción en la cosecha en A Limia, Ourense, superior al 70% debido a la climatología adversa por calor
La comarca de A Limia vive en estos días uno de los momentos más esperados de todo el año: la recolecta de las cosechas de cereal de primavera y patata. Este año, la producción de cereal de las tierras del Limia ha sido nefasta, hasta el punto que muchos agricultores no han cosechado sus fincas porque no es rentable económicamente.
Este ciclo ya empezó con el pie izquierdo, y es que las abundantes lluvias del otoño-invierno pasado afectaron gravemente al cereal de invierno. Servando Álvarez, director técnico del Inorde, explicó que “as zonas secas da Limia si que conseguiron producións, tanto en trigo como en centeo, pero fóra desas zonas, -el cereal- morreu afogado”.
La cosecha del cereal de invierno era un “anticipo” de lo que se viviría respecto a las producciones del de primavera, que fue “un desastre, moito nin se segou porque a produción non daba nin para pagar a colleitadora”, afirma Álvarez. “Se normalmente na Limia recollemos 40 millóns de quilos, se este ano se recolleron 15, xa me parecen moitos”, continúa, incidiendo en que hubo hectáreas en las que se recogió “moito menos dunha tonelada”.
Lagoa de Antela
Las producciones de los terrenos situados en la Lagoa de Antela -la zona húmeda de la comarca-, tienen una producción habitual que se sitúa en torno a los 2.500 quilos de trigo do país por hectárea, y algunos agricultores explican que cuando empezaron a recoger, calcularon que la producción sería menor de 500 quilos por hectárea.
Víctor Cabido, joven agricultor de Xunqueira de Ambía, explicó que en las 50 hectáreas que sementó, obtuvo “menos da metade da colleita do ano pasado, houbo fincas que non nos mereceu a pena segar”, y amplió diciendo que “moita xente decidiu nin sementar”. En su caso, explica que “confiamos en que viñese un verán algo bó, porque xa tíñamos as fincas abonadas”, pero que si no fuese así, “era mellor xa nin sementar”.
Esta situación, “un desastre, do peor que teño visto eu en moitos anos”, según explicó Álvarez, se origina en el retraso a la hora de entrar a sementar las fincas, que en algunos casos como el de Víctor, fue “cun mes e pico, case dous meses de atraso”. El cereal que logró llegar a la tierra, “tarde e mal”, en la mayoría de casos no consiguió nacer por “estas temperaturas de máis de corenta graos”, explica Álvarez, “e os que se botaron antes, non chegaron a engraiar”, continúa, sentenciando que “os que chegaron ó final do ciclo, deron producións ínfimas”.
La comarca de A Limia se enfrenta a una nueva realidad climática, en la que los veranos son cada vez más secos y los inviernos más húmedos, con una oscilación térmica que dificulta el correcto desarrollo de cualquier cultivo: “Se pasas de chuvias abundantes a temperaturas por encima de 40 graos, non hai cultivo que o resista”, apuntó Servando Álvarez.
Los agricultores se ven indefensos, “non temos ferramentas para facer fronte a esto”, inciden al explicar que si “non podes sementar durante gran parte do inverno, botas por terra as leguminosas, as colzas se queres que sexa unha produción rendible, os cereais... E logo chega a primavera e se se volve repetir o deste ano, vai ser moi difícil de poder soportar”.
“Antes víalo medrar dun día para outro -el cereal-, pero agora ou estamos a 40 graos ou chuvias torrenciais”, afirma Víctor, que se suma a los demás agricultores en la demanda por el cuidado de la comarca, especialmente en lo que se refiere a la limpieza de los canales de la Lagoa: “Se estivera todo ben, poderíamos adiantarlle días á hora de entrar logo das chuvias para facer as labores, e eses dez días son os que marcan as diferenzas”.
Las bajas producciones se suman a los precios reducidos de este producto, que oscila los 0,19 céntimos el kilo, lo que favorece que los agricultores tomen la decisión de no sembrarlo, para ahorrar tiempo y dinero, y los que lo siembran, no llegan ni a recogerlo, perdiendo ambos. “Hai que confiar en que este verán tan quente sexa unha anomalía, dentro do conxunto de anomalías climáticas que xa temos”, recalca Servando Álvarez, “senón, vaise por moi costa arriba”. “Este ano xuntáronse o peor das choivas e o peor do calor, e así é moi difícil que algo vaia para adiante”, finaliza el técnico del Inorde.
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