Los vecinos y vecinas de Maceda vivieron a última hora de la tarde de este sábado el acontecimiento más esperado de su ciclo de Entroido. “A baixada da Marela” es un evento que, poco a poco, se va consolidando como una de las citas principales que no deben perderse en el carnaval de la provincia. La tradición, el espectáculo y la emoción se entremezclan en este ritual con las risas y el buen ambiente, y es que son muchos los que tratan de esquivar la embestida de la vaca de madera que conducen los veteranos de este Entroido.
Hace más de una década, la Asociación Felos das 12 parroquias conoció la existencia de dos vacas de madera en los pueblos de Pías y Baldrei, en Maceda, y se decidió a recuperar una tradición que, junto a los Felos, hace especial y singular este Entroido. “Comezamos a preguntar sobre elas e descubrimos que eran moi comúns nos Entroidos da zona de Laza e na Serra do San Mamede. Decidimos levar esta tradición ao centro de Maceda o sábado de Entroido para darlle máis vida. O bonito é que a xente comezou a vir con caretas de madeira, cornos e antorchas. Foi algo chulo porque fíxose unha recuperación e a xente tamén puxo da súa parte”, cuenta Gregorio Pérez, miembro de Os Felos das 12 parroquias. “Cada ano imos sumando cousas. O venres facemos a subida do carro e o sábado a baixadada tirando farelos e rodeados de caretas antigas. É espectacular ”, añade.
El recorrido de A Marela partió de la zona del Instituto de Maceda para, acompañada de un folión y una charanga, llegar al centro del pueblo. Allí continuó la fiesta hasta la madrugada.
