Soy un humilde trabajador de la ciudad de Ourense.
Hace un poco más de un año que me hice autónomo. Mi trabajo es servir e instalar electrodomésticos para tiendas de la ciudad. Pago cinco seguros: El de autónomos, uno de responsabilidad civil, uno de accidentes, otro por la furgoneta, y otro por la carga. A finales de verano, por motivo del plan Renove en electrodomésticos contraté un ayudante a jornada completa, en vez de hacer como todo el mundo sólo por horas. Procuro respetar las señales de tráfico, los límites de velocidad, y a veces aparco en el quinto pimiento, en las zonas de carga y descarga disponibles, aunque eso conlleve a que tenga que cargar lavadoras con el carrito de una calle a otra. Pues cual es mi sorpresa cuando el día de Reyes, la fecha en la que tengo más trabajo del año, viene la grúa y no contentos con multarme, mientras estoy descargando haciendo mi trabajo, cogen y me llevan la furgoneta. No solo me perjudicaron con la multa, sino que, además, me impidieron repartir toda la mercancía.
¿No dicen que quieren ayudar a la pequeña y mediana empresa a salir de la crisis? Entonces qué hacen persiguiendo a un trabajador que todos los días tiene que subir lavadoras con un carrito a pisos sin ascensor. Y lo más sangrante es que cuando en el depósito municipal le comento que estaba descargando en casa de un cliente y que tengo los albaranes, se ríen y, de forma despectiva, me dicen que haga las alegaciones correspondientes cuando me llegue la multa. Vale. ¿Y el enganche de la grúa, el taxi hasta el depósito, y toda la mercancía que no pude repartir y que perdí no me la paga nadie? Esta gente no tiene ni idea de la cantidad de lavadoras que tengo que cargar para cubrir gastos.
Ya solo me queda dar de baja la empresa, e ir a engrosar la lista del paro. Pues está claro que en esta ciudad les sales más lucrativo sangrar y perseguir a los trabajadores honrados que a los que tienen sus cochazos aparcados frente a los bares.
¿No dicen que quieren ayudar a la pequeña y mediana empresa a salir de la crisis? Entonces qué hacen persiguiendo a un trabajador que todos los días tiene que subir lavadoras con un carrito a pisos sin ascensor. Y lo más sangrante es que cuando en el depósito municipal le comento que estaba descargando en casa de un cliente y que tengo los albaranes, se ríen y, de forma despectiva, me dicen que haga las alegaciones correspondientes cuando me llegue la multa. Vale. ¿Y el enganche de la grúa, el taxi hasta el depósito, y toda la mercancía que no pude repartir y que perdí no me la paga nadie? Esta gente no tiene ni idea de la cantidad de lavadoras que tengo que cargar para cubrir gastos.
Ya solo me queda dar de baja la empresa, e ir a engrosar la lista del paro. Pues está claro que en esta ciudad les sales más lucrativo sangrar y perseguir a los trabajadores honrados que a los que tienen sus cochazos aparcados frente a los bares.
