Aldeas del Sur es una urbanización privada de chalés adosados construida hará unos 40 años en Torremolinos por un empresario vasco que, dicen los lugareños, le quiso dar un toque pintoresco a la aldea dándole aspecto de capilla al cuarto comunitario. Presidiendo ese campanario ha estado, en esas cuatro décadas, una pequeña campana de unos 50 centímetros de diámetro y un metro de alto, originaria del Monasterio de San Salvador. Así lo recoge la inscripción que sella el momento de su fundición, Monasterio de Celanova 1749.
Una procedencia que pasó desapercibida hasta que, en unas recientes obras de mantenimiento del edificio, un gallego natural de Santiago de Compostela y con casa en la urbanización, Luis Balsa, se percató que en la campana había una inscripción que hacía referencia al Monasterio de Celanova. “Si no llega a ser por él, hubiera pasado inadvertida”, comenta orgullosa su mujer, Joaquina. Nada más conocer el origen de la campana, el matrimonio investigó y contactó, por mediación de un familiar, con la asociación de Vilanova dos Infantes. “Cómo llegó allí es un misterio, pero lo cierto es que un día recibo una llamada de una amiga que me dice que en Torremolinos, Málaga, su cuñado ha encontrado una campana del Monasterio de Celanova”, relata Antonio Sousa, presidente de la Asociación de veciños Gutier Menéndez que, interesados por la preservación y conservación del patrimonio, iniciaron los trámites con la comunidad para lograr el regreso de la campana.
Por mediación de la parroquia de San Rosendo, se negoció una permuta de campanas con Aldeas del Sur. “Lo que hizo la asociación fue comprar una campaña de similar época y tamaño, a modo de compensación, que adquirimos en un anticuario de Caminha”, recuerda Sousa, quien agradeció especialmente la colaboración de Luis Balsa, presidente de la comunidad de vecinos en todo este proceso.
Nadie en Aldeas del Sur, relata al otro lado del teléfono el protagonista del hallazgo, conocía el origen gallego de esta campana y entendieron de manera positiva que, tras la petición realizada desde Celanova, regresase a su lugar de origen a cambio de otra similar “para mantener el espíritu de la urbanización”, dijo Balsa.
Efectuado el intercambio, la asociación de vecinos ha iniciado contactos con el Instituto de Celanova para que quede allí en depósito. Una de las hipótesis que manejan en la asociación es que “por la época y el tamaño, esta campana fue la que estuvo en el campanil sobre la entrada del Instituto”, y es precisamente en esa institución donde quieren depositar la pieza, “haciendo una llamada de atención a la preservación del patrimonio desde la comunidad juvenil”, dijo Sousa.
