El envejecimiento puede ser una oportunidad para crear nuevas empresas que atiendan a grupos de edad que demandan una serie de servicios muy específicos
Ourense lleva consigo la cruz del envejecimiento de la población porque así lo certifican los datos oficiales. De cada cien habitantes que viven en la provincia, treinta han cumplido ya los 65 años. Esa teórica debilidad puede ser una oportunidad para crear nuevas empresas que atiendan a grupos de edad que demandan una serie de servicios muy específicos, no solo relacionados con la salud, sino también con la calidad de vida, el ocio o la formación tanto reglada como no reglada.
La población envejece, pero también se ha incrementado sustancialmente la esperanza de vida, con lo que cada vez son mayores las necesidades de servicios para este importante grupo social. Se abre por lo tanto un importante abanico de posibilidades de creación de empresas que surtan estas prestaciones. El envejecimiento de la población en Ourense es evidente y así lo demuestran todos los indicadores. Eurostat, el observatorio estadístico de la Unión Europea, emitió a finales del pasado año un informe según el cual la provincia estaba entre las más envejecidas de Europa, con Zamora y Lugo. Esos datos coinciden en líneas generales con las informaciones manejadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Instituto Galego de Estatística (IGE). Ambas organizaciones dicen que en Ourense el 30% de la población supera los 65 años, mientras la media gallega es del 23% y en España es aún más baja, con un 18%. En Lugo el dato es de un 28,4% de personas mayores de 65 años, en A Coruña el porcentaje es del 22,9% y Pontevedra es la más joven de Galicia con un índice del 20,4% de mayores de 65 años sobre el total de la población.
Estamos ante "un nicho de mercado" muy importante, un potencial de clientela que demanda servicios específicos para un amplio número de personas. Por lo tanto, se trata de convertir la debilidad demográfica en una oportunidad empresarial. Una de las variables que ha registrado un salto cualitativo evidente en los últimos años ha sido la preocupación por la vida saludable y por “cuidarse”. En este sentido cabe hacer mención, a modo de ejemplo, de los importantes esfuerzos realizados en nuestra provincia para la promoción de los beneficios terapéuticos del termalismo y las actividades de bienestar vinculadas al sector. En términos más generales se observa la inversión de muchas empresas en tecnologías digitales relacionadas con la llamada «sanidad electrónica» (eHealth), que contribuyen a proporcionar un acceso a asistencia sanitaria y control de variables vitales, cada vez con herramientas y métodos más asequibles, ya sea en el hogar, en centros de día o en espacios de reunión y actividad frecuentados por el colectivo senior, con la posibilidad en muchos casos, de transmitir los datos a través de la red y posibilitar su visualización por terceras personas, así como su control telemático.
Hoy en día se está extendiendo en el sector la oferta de los servicios que incluyen modelos personalizados con multitud de horarios y actividades. Una muestra es el éxito de las universidades para mayores, que cuenta en Ourense con más de 100 matriculados, así como la asistencia significativa de nuestros mayores a las conferencias y eventos culturales que tienen lugar en la provincia. La innovación y los nuevos recursos añaden innovación en vertientes como el “gaming”, anglicismo utilizado para definir juegos de ordenador orientados a diferentes fines, sobre todo a ejercitar la agilidad mental, que, aún con diseños específicos para el sector senior, derivan de desarrollos para favorecer la vida saludable y el cuidado físico y mental a todas las edades. En el plano estrictamente físico se ha propagado desde hace años el uso de técnicas de psicomotricidad, actividades como el pilates, técnicas orientales que combinan ejerció y relación o tablas de ejercicio y el baile pero con métodos de aprendizaje innovadores y cada vez más sofisticado. En definitiva, se trata de aprovechar un número significativo de nuevas formas de vida para crear empresas que satisfagan las nuevas demandas por parte de nuestros mayores.
OPORTUNIDAD
Dentro de las posibilidades que se abren a la hora de crear entidades vinculadas al sector, la Fundación San Rosendo es uno de los ejemplos más gráficos en Ourense. Creó 175 nuevas plazas para mayores dependientes en el año 2014, con un crecimiento del 5,1%, y mantuvo el nivel de ocupación del año anterior, que se situó en el 97%. La Fundación cerró 2014 con 3.600 plazas, distribuidas en 40 núcleos rurales gallegos, y un equipo de 1.576 profesionales. Cuenta con una red de 68 centros y creará este año 129 plazas en Vigo y Lobeira.
La Fundación San Rosendo destaca el factor oportunidad que supone la atención a personas mayores como elemento de dinamización para la creación de empleo, citando varias profesiones o subsectores: personal de atención directa, cuidadores, médicos, psicólogos, fisioterapeutas, pero también servicios indirectos como farmacia, peluquería, lavanderías o alimentación, entre otros. Desde la entidad ourensana recuerda que la atención a las personas mayores "es una oportunidad para la gente joven con la aparición de una formación especializada, por ejemplo en gerontología, cuidadores, educadoras socioculturales, etcétera".
La presencia de residencias de la fundación ha supuesto que sean en muchas ocasiones "los mayores centros de empleo de esos ayuntamientos". Otro de los factores es que permite fijar población en el rural y, como detalla la entidad, "mantiene a las personas mayores empadronadas en su residencia habitual al tiempo que atrae nuevos habitantes a la prestación de servicios". Eso puede contribuir a la creación de empresas en el rural, deficitario en la creación de sociedades mercantiles. El 34% de los concellos de la provincia no han creado una sola empresa en todo el 2014 y la atención a personas mayores puede ser una oportunidad empresarial y laboral. Pero también se requiere una apuesta de la administración para apoyar las políticas activas. Además, según la Fundación San Rosendo, se requiere mejoras en la formación (sobre todo para la atención especializada), así como "prestar un servicio de calidad en todos los centros asistenciales para garantizar el bienestar de las personas mayores".
