Sí, por suerte los tiempos avanzan, la sociedad ha tomado conciencia y la distancia a la meta parece menor, pero "todavía hay un largo camino por recorrer en cuanto al reconocimiento de la mujer en el deporte". Palabra de de Marta Bobo, una de las más grandes deportistas ourensanas de la historia que en el marco del Foro La Región disertó acerca del "Rendimiento de la mujer en el deporte. Igualdad y justicia deportiva", ponencia presentada por otra de las deportistas top provinciales, otra olímpica, Marta Míguez.
Las causas de esta "brecha importante entre hombres y mujeres en el deporte" se encuentra en "las barreras de carácter social, deportivo y económico. Se necesitan ayudas y programas que permitan compatibilizar la vida familiar y deportiva de la profesional así como su reinserción a la vida laboral después de la alta competición; y también se debe reclamar una mayor visibilización del deporte femenino, tanto en los medios de comunicación como en la sociedad en general, a pesar de que la evolución de la mujer española en el deporte olímpico ha sido espectacular, haciendo suyos los mejores resultados para el deporte nacional en los Juegos más recientes: Támara Echegoyen y Sofía Toro como primeras campeonas olímpicas gallegas, Mireia Belmonte...", añade la exgimnasta.
La hoja de ruta para sortear todas estas barreras debe comenzar en "la educación como instrumento para la igualdad, pues el deporte es un constructor social", y continuar con "unas claras políticas de igualdad. Es necesaria la presencia de la mujer no solo en la élite deportiva, sino también en la toma de decisiones, en la gestión y en la elaboración de la política deportiva".
"¿Tiene género el deporte?", se cuestiona Marta Bobo, y después de analizar los datos concluye que "sí desde el momento en que desde 1924 a 1960 no hubo representación española femenina en los Juegos, que los deportistas de alto nivel en España son casi el doble de hombres que de mujeres, que en Galicia son el 39% frente al 61...".
Y añade: "Al hablar de deporte hablamos de rendimiento, pero también de educación, salud, acceso a programas recreativos, pero la mujer sigue siendo la que lleva la carga doméstica, la dependencia de mayores y los discapacitados, y esto sigue siendo una barrera para el acceso de la mujer al deporte. Hay que favorecer la equidad".
"Sí, ha habido una evolución en el reconocimiento de la mujer en el deporte, pero los datos demuestran que todavía no superamos ese techo de cristal. El deporte es un arma de doble filo, en cuanto a que reproduce el estereotipo social heredado desde hace mucho, considerando a la mujer una mera espectadora que debía dedicarse poco más que a aplaudir, como decía el padre de los Juegos Modernos (Pierre de Coubertin), pero también es el camino para la igualdad", finaliza Marta Bobo.
