A UN METRO

La pachanga virtual de Pabliño

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photo_camera Las gaviotas en los campos de A Torre de A Coruña // SUSO ARJOMIL
El hijo del cantante, presentador y productor Paco Lodeiro entrena en su casa, juega con sus amigos y habla de fútbol con el abuelo

El sol abraza con timidez al mediodía del santo sábado. A estas horas, en la empinada rampa que conduce a los pies de la Torre de Hércules tendría que verse un reguero de turistas ascendiendo hasta el faro que sigue alumbrando a los marineros desde el siglo I y es Patrimonio de la Humanidad desde junio de 2009. Por el camino de tierra que desafía el precipicio también estaría practicando deporte un buen puñado de coruñeses. A unos metros, en los campos de la ciudad deportiva de A Torre, que desde enero lleva el nombre del entrenador Arsenio Iglesias, tendría que atronar el griterío por la disputa de una decena de partidos de chavales al mismo tiempo. Lo único que no ha cambiado la pandemia provocada por el coronavirus COVID-19 es el calendario. 

Es sábado de Semana Santa. Un coche de la policía local gira por la rotonda desde la que la granítica escultura de Breogán, realizada por José Cid, recibe al turista, pero sólo el vacío campa sin permiso. Tampoco se oyen pisadas ni el resuello de los corredores. En uno de los campos de las escuelas deportivas municipales las gaviotas juegan una pachanga sin balón. Ese mismo campo, antes de tierra y ahora de hierba artificial, recuerda una carrera por la banda y el tiro cruzado que acabó en las redes en el debut del periodista en los alevines del Dépor. Sirvió para ganar al Ural, el rival más duro a mediados de los años 80. La alegría de un niño puede durar muchas temporadas.  

En Galicia unos 30.000 chavales entre seis y 16 años disputan partidos federados los fines de semana

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Las gaviotas en los campos de A Torre de A Coruña y Pabliño Lodeiro jugando a la Play. (más abajo). // SUSO ARJOMIL

Un mensaje preguntando por la vida aparta las cavilaciones de tiempos redondos como la pelota. Se trata de Paco Lodeiro, cantante, presentador, productor e imitador inigualable de Paco Vázquez y de Arsenio Iglesias, además de deportivista impenitente y otros talentos como haber sido profesor de Informática con plaza ganada en oposición. Al saber de la ubicación del receptor del mensaje, contesta: "Pues mi hijo Pabliño estaría hoy jugando ahí. Teníamos miedo de que con 9 años le afectase el confinamiento, pero te sorprenderías de la capacidad de adaptación de los más pequeños". 

La serie 'A un metro' está resultando dinámica o cambiante, como acostumbra a calificar el Gobierno central a la actual crisis sanitaria. Tienen razón porque lo único que se sabe del letal coronavirus COVID-19 es que sabemos muy poco. Paco Lodeiro hace cambiar el enfoque de la página como un entrenador corajudo realiza una sustitución antes del descanso cuando el partido no pinta bien.

IMG-20200410-WA0053Pabliño tiene nueve años. Estudia en el CEIP Pío XII de Santiago, donde vive, y los viernes se desplaza hasta A Coruña para entrenar con el benjamín B del Orillamar. Los fines de semana tiene competición, como unos 30.000 chavales entre seis y 16 años federados en Galicia. La pelota, por el momento, es el centro de su vida. Los progenitores temieron que con el confinamiento podría añorar la pachanga a diario en la calle, pero está siendo un ejemplo de colaboración. "Con la Play juega partidos online con los colegas, sobre todo con los de Pontedeume. Rememoran los que echan en la plaza do Convento en verano. Y para mantener la forma física, el entrenador del Orillamar, Brais, les manda ejercicios para hacer en casa con objetos cotidianos, entre los que no podía faltar el rollo de papel higiénico". 
 
ENSEÑANDO AL ABUELO
Si la pachanga es virtual, también los estudios y el contacto con los amigos y la familia. En la página web del colegio cuelgan los ejercicios y tiene acceso a libros. Algún adolescente estará pensando que no se está mal sin verle el careto a los profes, pero Pabliño aún no ha llegado a esa edad. Cada vez que juega a la Play viste la camiseta del Dépor, aunque su ídolo es Messi. Lo que peor lleva son los fines de semana y los domingos sin fútbol con el abuelo y su primo Mauro en Riazor. "Tienen conversaciones sobre las leyendas del Dépor y del fútbol mundial mientras ven el partido", comenta el padre. Paco Lodeiro también soñó con ser futbolista y jugó en las categorías inferiores del Dépor, pero la vida lo llevó a otro escenario.  

"Teníamos miedo de que le afectase el confinamiento, pero es increíble la adaptación de los más pequeños"

Las lecciones de fútbol en tiempo de confinamiento no han sido físicas, pero no se han interrumpido. El abuelo fue el culpable de que la prodigiosa zurda de Fran jugase en el Deportivo, ya que se fijó en él cuando estaba en la directiva del club y dirigía la parcela deportiva en los primeros años de los 80. Pabliño se las ingenió para enseñarle a distancia a hacer videollamadas para poder verse las caras.
Pabliño, como tantos otros niños, están ganando el partido al coronavirus jugando en casa.

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