JL Vilela edición limitada, el mejor homenaje

Ladairo es una bodega histórica y familiar. Histórica porque cuenta con viñedos centenarios. Uno de ellos fue plantado por José García Barbón a su regreso de Cuba. José Luis Vaz lo adquirió y lo plantó con variedades como la Mencía y la Araúxa, que es la Tempranillo adaptada a Monterrei. Un día lo visitó el presidente de Vega Sicilia. Quería saber cómo era el viñedo del que salía el Ladairo Barrica. Le sorprendió, como a cualquiera que visita esas fincas impecablemente cuidadas que suman 24 hectáreas, todas ellas en el entorno de la bodega. Histórica, también, porque encabezó la lista de las inscritas en la DO Monterrei cuando nació, hace casi treinta años.

Pero también es una bodega familiar. Su fundador, José Luis Vaz Vilela (Oímbra, 1943-2017) representaba la tercera generación de una familia dedicada al mundo del vino cuando la puso en marcha. Y nunca quiso que traspasase esa dimensión. No le interesaba la grandeza sino la calidad de vinos cuya elaboración, desde el cuidado de la viña hasta que saliesen de la bodega pudiese controlarla él personalmente. No era extraño llegar allí y verle podando o metido en faena por una de las fincas. Fue un pionero indiscutible en la elaboración de vinos de calidad en Monterrei, tras la “longa noite de pedra” en la que primaron las uvas muy productivas aunque fuesen foráneas, un hecho común en todas las regiones vinícolas de Galicia y que no empezó a corregirse hasta la década de 1980 cuando él plantó uvas como Mencía, Araúxa, Bastardo, Godello o Treixadura.

Pero también tuvo el acierto de apostar por las variedades tintas antes que nadie en esta DO. Ladairo era la única bodega en la que el tinto dominaba sobre el blanco ya desde el inicio, consciente de que clima y suelo iban a favorecer unas características que permitirían trabajar vinos tintos, tanto jóvenes como crianzas y reservas de extraordinaria calidad. El tiempo no tardó en darle la razón y su Ladairo Barrica se convirtió pronto en uno de los grandes tintos gallegos.

A lo largo de los años se mantuvo fiel a un reducido catálogo formado por cuatro vinos: blanco y tinto joven y blanco y tinto barrica que la cuarta generación ha ampliado con un vino que rinde homenaje al fundador de la bodega. JL Vilela es un vino de edición limitada, elaborado fundamentalmente con Mencía y Araúxa, aunque tiene muy pequeñas pinceladas de otras variedades clásicas de Monterrei como la Bastardo, denominación que recibe aquí la Merenzao. Tras una meticulosa selección de los racimos se procede a la vinificación. Después de las fermentaciones, alcohólica y maloláctica le sigue una crianza con las lías finas durante nueve meses en barricas de primer año de roble francés y americano. Luego llega el afinado en botella durante un prolongado tiempo hasta que sale al mercado. 

Son mil botellas de un vino que únicamente será elaborado, según nos cuenta Víctor López, gerente de la bodega, en aquellas añadas que se den las características adecuadas para un vino excepcional. 

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