Judit Vega, pasión por enseñar y aprender

Su padre es de Manzaneda. Su madre, de Trives. De ahí viene la pasión de Judit Vega por la montaña, una afición que cultiva cada vez que vuelve a su Ourense natal, y que pudo disfrutar durante el tiempo en el que vivió en Suiza, donde fue 16 años directora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en dicho país. Actualmente desempeña el mismo cargo en Baleares y allí compagina sus escapadas de montaña por la Sierra de Tramuntana con su otra gran pasión: navegar. Dos deportes de naturaleza que ponen el contrapunto a una vida profesional dedicada a la docencia y la investigación en el campo de la Historia especialmente de la Historia del Arte Medieval.

¿Tenía clara desde el principio su vocación por la historia del arte?

Había dos cosas que me gustaban mucho: el arte y las matemáticas. Al final elegí estudiar Geografía e Historia porque me permitia empezar sin necesidad de marcharme de Ourense, con intención de luego hacer la especialidad de Historia del Arte. También influyeron mis padres. No en la decisión, sino en el gusto por la historia del Arte. Ellos nos enseñaban cosas de arte, de historia, nos llevaban a ver exposiciones… La verdad es que lo tenía muy metido en la cabeza. Y ahora al cabo del tiempo me alegro de haber optado por esa elección, aunque las matemáticas también me gustaban mucho.

Terminó la carrera en Santiago y luego empezó otra en Suiza

Así es. Hice los dos últimos años en Santiago, terminé la carrera en 1990 y ese mismo año, en agosto me fui a Suiza. Hice otra carrera allí, en la Universidad de Friburgo. Después estuve como profesora asistente en el Departamento de Arte Medieval y Profesora Invitada del Instituto de Estudios Medievales de esa universidad, luego estuve un año en la Universidad de Berna, como investigadora, fui colaboradora científica de la Universidad Hulboldt de Berlín, luego fui profesora de la Universidad Popular de Berna, siempre dando clases o de Historia del Arte o de Lengua y Literatura Española o las dos cosas a la vez, y directora de la UNED en Berna.

Usted fue una emigrante no por necesidad sino por voluntad, ¿mantuvo contacto con la comunidad emigrante gallega y española en Suiza?

Claro. Bien es cierto que yo soy de la opinión de que allí donde fueres haz lo que vieres. Y entonces no practiqué ese hábito que tienen algunos emigrantes que no se integran y que viven prácticamente en ese círculo de costumbres y actividades que se forma en la propia comunidad de emigrantes. Pero sí. Mantuve una gran relación con las comunidades y asociaciones de emigrantes, como “Arco iris”, “Sementeira”, con el Ateneo de Zurich… Y ya desde la UNED siempre he intentado estrechar la colaboración con todos ellos. Cada vez que me pedían que diera una charla o una conferencia siempre acudía.

¿Sigue manteniendo relación con ellos hoy día?

Sí. Y de hecho este año di la lección inaugural del curso en Berna y me organizaron una cena que estaba pendiente de cuando me fui. Fue una marcha un tanto precipitada porque coincidió con el inicio de la pandemia, ya no se podía viajar y por fin pudimos despedirnos este año.

¿Es muy diferente el trabajo en la UNED en Baleares con respecto al de Suiza?

Hay mucha diferencia. En los centros de la UNED en el extranjero no hay tutorías, no hay docencia, y mi trabajo como directora, en el caso de la sede de Berna tenía una función más institucional, más diplomática. De hecho no era mi trabajo principal. Seguía dando clase e incluso allí hice mi tercera carrera, por la UNED, en Antropología Social y Cultural.

Usted que ha estudiando en universidades presenciales y esta última carrera a distancia, ¿cuál es más difícil?

Los estudios de la Universidad a Distancia ofrecen unas facilidades a alumnos que, a lo mejor, de otra manera no podrían estudiar. Pero en lo que a dificultad se refiere. Resulta más difícil estudiar a distancia porque requiere una mayor disciplina por parte del alumno, más esfuerzo, tienes que estudiar solo, no hay un profesor que te dice la lección. Es más duro pero es un sistema que, como alumna me gustó mucho.

La UNED tiene un sistema docente único, ¿qué lo diferencia de otras universidades?

La UNED es la universidad que tiene el campus más grande de Europa, por número de alumnos. Y tiene un sistema docente en el que la formación es a distancia, pero con tutorías y exámenes presenciales. El resto de las universidades o son totalmente presenciales o totalmente virtuales. Pero esta fórmula mixta no se ve fuera de la UNED.

La pandemia convirtió a la UNED en un modelo, ¿lo han seguido otras universidades?

Fue una universidad pionera en muchos ámbitos. En la educación a distancia, en el uso de ordenadores, de internet… y cuando llegó la pandemia, por encargo del Ministro de Universidades desarrolló con la UOC aulas virtuales para poner a disposición de otras universidades para que pudieran trabajar en esas circunstancias.

Lleva en Baleares desde el curso 2019-20, ¿es muy diferente su actividad ahí que en Suiza?

Totalmente diferente. Al margen de que el curso en el que llegué también lo hizo la pandemia y eso cambió muchas cosas, aquí mi dedicación a la UNED es total, no como en Berna.

La UNED está asociada a una imagen de alumno de cierta edad. Personas mayores que retoman sus estudios o los empiezan, ¿sigue siendo ese el perfil?

Está cambiando. Hoy día, hablo de Baleares, la edad media es de 35 años en los hombres y 33 en mujeres. De los 4.170 alumnos matriculados en estudios oficiales el curso pasado, 1.649 fueron hombres y 2.272 mujeres. 2.676 alumnos tienen menos de 29 años, es decir, cada vez se matricula gente más joven: 223 son menores de 22 años. Y eso significa, también, que crece el número de alumnos que piensan en la UNED como primera opción para iniciar su carrera universitaria al finalizar la selectividad.

¿Cuál es el grado que tiene más tirón?

El año pasado fue Filosofía. Tradicionalmente son Derecho y Psicología. Y en personas que estudian una segunda carrera, Historia del Arte y Filosofía. Pero el año pasado el grado estrella fue Filosofía. Quién sabe si el encierro de la pandemia tuvo algo que ver. Seguramente.

¿Sigue estudiando?

Soy muy curiosa y siempre tengo que estar estudiando algo, me ayuda a gestionar mi propia vida. El estudio es un aliado para gestionar las emociones. Ahora estoy investigando sobre la obra del arquitecto palmesano José Ferragut y su aportación al movimiento moderno que espero presentar como tesis doctoral en la universidad Rovira i Virgili en la rama de Patrimonio Arquitectónico.