Tapear cerca del mar pero con vistas a la carretera

"Como bar de carretera para parar y compartir unos calamares fritos a la andaluza y unas xoubitas está muy bien"

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Hay días en los que uno no acierta a la hora de elegir el lugar o el momento para ir a ese lugar a la hora de comer y eso me pasó a mí esta semana cuando decidí parar en Rande, con vistas al puente, al estrecho, a la vía por la que ya casi no pasan trenes. Recuerdo este local de hace muchísimos años porque tenía unos chipirones por los que merecía la pena parar. Entonces se llamaba El Tesoro de Rande. Tras varios cambios de dueño y de cocina, ahora se llama el Novo Tesouro de Rande. La verdad. Como bar de carretera para parar y compartir unos calamares fritos a la andaluza y unas xoubitas está muy bien. Tenían además pimientos de Padrón, volandeiras (ya saben, la mayor parte de la hostelería gallega se empeña en llamarles zamburiñas, seguramente porque sus proveedores los engañan) y varios platos de carne. Pero yo iba solo y tenía ganas de xoubas y calamares. Pero el tamaño de las raciones me abrumó. No fui capaz de acabar ninguna de ellas ni de tomar postre. Por eso creo que no supe elegir el momento. Hay que ir en compañía.

Por lo demás, la cocina trabaja con sencillez pero también con sensatez. No se meten en camisa de once varas y lo que hacen lo hacen bien. Y el servicio es muy agradable. Lamento que la parte de terraza dé a la carretera, porque es la parte menos vistosa de un lugar que tiene buenas vistas a la ría en su zona más estrecha y legendaria por el tesoro de los galeones que llegaron hace 319 años, cargados con la plata y el oro que venían de América. Muy cerca de allí se encuentra el museo que cuenta la historia. Casi se puede ir a pie, despues de tomar unas xoubas fritas.

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