Nuevos límites de velocidad: hacia una seguridad plena

La velocidad en las vías de las ciudades será modificada para adaptarse a la nueva ley // Xesús Fariñas
photo_camera La velocidad en las vías de las ciudades será modificada para adaptarse a la nueva ley // Xesús Fariñas
El próximo 11 de mayo, el Gobierno pondrá en vigor las restricciones en los casos urbanos que disminuirán en un 80% la mortalidad en caso de atropello o colisión y fomentarán una circulación más fluida y respetuosa con el viandante en las grandes urbes

El próximo 11 de mayo entrarán en circulación los nuevos límites de velocidades en vías urbanas, una medida que desde su propuesta hace ya tiempo ha sido objeto de polémica.

Por norma general, cualquier cambio en las reglas y límites de velocidad en las carreteras españolas recibe profundas críticas, en muchas ocasiones producto de una consideración respecto a las capacidades de los conductores. 

Y es que las peticiones del colectivo siempre han ido en tendencia inversa a lo que últimamente propone la DGT, que es un descenso de la velocidad para evitar accidentes y mejorar la fluidez en el tráfico, especialmente en las grandes ciudades.

Por eso, a partir del mes de mayo la velocidad en las ciudades españolas sufrirá un recorte. Es evidente que cuanto más baja es la velocidad, menor riesgo de accidente y mortalidad en caso de atropello. En esa línea, la zona que mayores restricciones tendrá será la que tenga un solo carril de circulación y aceras, por ejemplo en el caso de la ciudad de Ourense, en la calle Bedoya, Cardenal Quevedo o Valle Inclán. En ese tipo de vías el límite será de 20 kilómetros por hora y aunque parece realmente bajo, es perfecto para evitar percances, especialmente con vehículos aparcados y peatones.

El siguiente tramo de velocidad será el de los 30 kilómetros por hora, el que se aplicará en la mayor parte de las calles de ciudades como Ourense. Esta limitación, que ya puede verse pintada en distintas vías incluso de la capital antes de la entrada en vigor de la norma que se aprobó en noviembre, pero que no entra en vigor hasta el mayo, afectará a las vías con doble sentido de circulación, con solo un carril hacia cada lado.Este caso particular es el de la gran mayoría de vías de la ciudad y de las villas, como Allariz o Ribadavia.

Por último, el tercer tramo afectará a las vías urbanas con dos o más carriles de circulación en ambos sentidos y con aceras en los dos sentidos. En este caso el reglamento marcará un límite de velocidad de 50 kilómetros por hora, aunque en muchas ciudades y debido a la alta siniestralidad de estos puntos lo han limitado igualmente a 30 kilómetros por hora.

¿Más seguro?

Los datos dicen que sí y las estadísticas de mortalidad por colisión y atropello de peatones también. A una velocidad de 50 kilómetros por hora la probabilidad de fallecimiento de un viandante por una colisión con un vehículo es del 90% mientras que en el caso de impactar a 30 kilómetros por hora se reduce a apenas el 10%.

Todo ello partiendo de la premisa de que a menor velocidad, menor tiempo para detener el vehículo en caso de necesidad y eso implicaría ni llegar a impactar con el colectivo vulnerable.

Menos ruido en la ciudad

Aunque es algo que no se tiene mucho en cuenta salvo en zonas de ruido extremo, el hacer que las velocidades bajen también producirá un descenso de los decibelios en las calles, lo que mejorará la calidad de vida de los habitantes.

De todas formas, en la Dirección General de Tráfico (a través de un vídeo divulgativo realmente bien explicado) también inciden en que las propias ciudades a través de cambios en la estructura de las vías deben fomentar una circulación amigable con el viandante aprovechando estos cambios en la ley.

Todo ello con el propósito que se marcan desde la Unión Europea para ponerle coto a los accidentes y atropellos en las ciudades, con un programa que se marca como plazo para la adopción de una serie de medidas claras al año 2030.

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