El director valenciano Luis García Berlanga es uno de los grandes protagonistas de la presente edición del OUFF, que coincide con el centerario de su nacimiento.
La avenida de Pontevedra cuenta desde ayer (y hasta el 1 de octubre) con una exposición en su honor. Además, se proyectaron sus obras “El verdugo” y “Esa pareja feliz”, y el autor cuenta ya con una placa conmemorativa en el Teatro Principal.
Había sido precisamente el OUFF de 2005, su décima edición, el último festival de cine al que acudió el maestro, autor de filmes tan reconocidos como “Bienvenido, Mr. Marshall!”, de 1953.
Guion secreto
Su nieto, Jorge Berlanga, acudió ayer a Ourense en representación de la familia, y se le consultó sobre el guion secreto de su abuelo, que permaneció oculto hasta hace escasas semanas, a lo que contestó que es posible convertirlo en un nuevo filme “si se le da una vuelta y se cuenta con la motivación necesaria”.
Berlanga, que en la actualidad está formándose y trabajando ya como actor y escritor de series y piezas teatrales, no siente presión por la fama de su abuelo: “Solo al principio. Una vez que comencé a encadenar trabajos, esa obra propia es ya la que me define. No obstante, por supuesto que su trabajo es un orgullo para mí”.
El autor valora la facilidad del mítico director, que retrató como nadie el costumbrismo de la España de la dictadura, para reflexionar y, si era necesario, contradecirse. Así le retrata: “Mi abuelo era una persona capaz de cambiar de opinión sobre las cosas, lo cual es signo de fortaleza, nunca de debilidad. Igual que las relaciones se hacen más fuertes tras una discusión, las personas también, con la discusión mental”.
También pone en valor la capacidad del autor de “El verdugo” (esta es la película que más estima) para generar conflictos ideológicos, “algo que se ve muchas veces algo negativo hoy en día”.
Como autor, Berlanga sufrió las consecuencias de intentar crear libremente bajo el yugo de una dictadura, con filmes que eran manipulados por decenas de cortes. Y, a día de hoy, matiza su nieto, sigue existiendo la censura, pero “es más mental”, ya que existe “una influencia mucho mayor del público sobre el artista, principalmente a través de las redes sociales. Se meten en el trabajo de los artistas”.
