Ciberseguridad

Más de 50 particulares y 3 pymes, víctimas de ciberestafas en lo que va de año en Ourense

La Guardia Civil persigue este tipo de ciberestafas
photo_camera La Guardia Civil persigue este tipo de ciberestafas
Una cincuentena de particulares y tres empresas de Ourense han sido víctimas de estafas online. Este es el balance de ciberestafas en el pasado mes de enero

La ciberdelincuencia deja un alto número de víctimas y pérdidas económicas en la provincia de Ourense. A lo largo del mes de enero, la Guardia Civil tuvo constancia de un total de 52 ciberestafas a particulares y tres a pequeñas y medianas empresas. En concreto, los negocios que han sido blanco de estafas a través de Internet el pasado mes son un taller agrícola, un negocio de venta de productos fitosanitarios y una empresa de transportes.

Según fuentes cercanas a la investigación de estos casos, los ataques a empresas en Ourense serían realmente más de tres, pero algunos propietarios formalizan las denuncias a nombre de los particulares perjudicados, posiblemente en un intento de proteger el nombre y las consecuencias negativas para la empresa.  El modo de operar es siempre similar: se suplanta la identidad mediante un ataque al proveedor, los estafadores entran en el correo electrónico de la empresa y modifican las facturas cambiando el número de cuenta. De este modo, se ejecutan los pagos, pero el dinero nunca llega al destino esperado por el empresario.  

Uno de cada cuatro delitos es cibernético

Todos estas estas infracciones penales están siendo investigados con medios cada vez más especializados, pero las autoridades insisten en que hay que invertir en ciberseguridad, estar informados y prevenidos. Los datos lo aconsejan. Algo más de uno de cada cuatro delitos en Ourense son de carácter cibernético y de todos ellos, más de un 88% son fraudes informáticos

Algunas estafas online
Algunas capturas de estafas online

El balance de enero sigue marcando una alta incidencia de estafas online cuando, además, “el rastro del dinero sustraído es muy difícil de perseguir”. Al alertar a las entidades bancarias del uso de una cuenta para este tipo de fraudes, el banco la bloquea inmediatamente y “¿a dónde va el dinero?”, se preguntan como reto los investigadores. La cuenta bancaria a la que se hicieron las transferencias se bloquea y se pierde la pista de las cantidades robadas, pero los ciberdelincuentes no se frenan, abren otra cuenta, “al ciberestafador no le cuesta nada”. Por eso insisten en reforzar la seguridad informática en las empresas, no confiar nunca en enlaces sospechosos y, a nivel personal, no proporcionar datos personales o bancarios a través del correo electrónico o del móvil.

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