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Adif tiene muy difícil cumplir su último objetivo de estrenar el AVE este año

El ramal de conexión entre la línea de alta velocidad y la vía de ancho convencional en Taboadela también está pendiente de la colocaciónd de la catenaria.
photo_camera El ramal de conexión entre la línea de alta velocidad y la vía de ancho convencional en Taboadela también está pendiente de la colocaciónd de la catenaria.
Se simultanean las primeras pruebas con el fin de las obras entre Taboadela y Ourense para poder reducir los plazos

Tanto Adif como el Ministerio de Transportes, por boca de sus máximos responsables, insisten una y otra vez que es posible que el primer AVE en servicio comercial llegue a la estación de Ourense en el segundo semestre de este año. La conselleira de Infraestruturas pone en duda tal posibilidad, al tiempo en que insiste en que se cree una comisión mixta Xunta-Gobierno para hacer el seguimiento a las obras de lo que Ethel Vázquez califica como la infraestructura más importante de este siglo para Galicia. Pero ni Gobierno y Adif responden a su propuesta que pasaría, no solo por tener puntual información de lo que acontezca en los próximos meses hasta que entre en servicio la línea gallega de alta velocidad, también en lo que concierne a los importantes flecos que quedan pendientes después de esa fecha, como son la variante exterior, el desdoblamiento de la vía en los tramos de vía única, la estación de Ourense o la salida sur de la estación de Vigo, entre otras.

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Entre Taboadela y Ourense todavía hay pequeños remates pendientes de finalizar. Son los flecos de una obra que parecía más sencilla de lo que la realidad confirmó, sobre todo, teniendo que compatibilizarla con la circulación de trenes.

Sabemos lo que dicen unos y lo que dicen otros. Pero ¿qué dicen las obras? Hemos hecho nuestro recorrido mensual por la línea, desde Otero de Sanabria hasta la estación de Ourense en los últimos días de 2020 y hemos escuchado el balance del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, sobre los trabajos que están realizados y los que están pendientes. Los hechos coinciden con lo que ambos señalaron en su última visita a la provincia de Ourense, el pasado 21 de diciembre, entre Pedralba de la Pradería y Taboadela están finalizadas infraestructura, superestructura y electrificación. Entre Taboadela y la estación de Ourense faltan pequeños remates en lo que concierne a montaje de vía y actuaciones complementarias en el tramo de tres carriles y la electrificación en dicho tramo y en los dos kilómetros que van desde el cambiador de ancho de Taboadela hasta la estación de Taboadela, el ramal que conecta la línea de alta velocidad con la línea convencional para dar solución provisional a la llegada de los trenes de alta velocidad a Ourense, en tanto no se construye la variante exterior.

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El tramo dispone de sistemas de seguridad para prevenir y detectar la caída de objetos a la vía.

Los trabajos pendientes sobre el terreno pueden perfectamente quedar finalizados en lo que queda del mes de enero y primeros días de febrero, incluida la electrificación de los últimos 15 kilómetros y las pruebas, realizarse simultáneamente en los 104 kilómetros restantes. De hecho, desde el pasado mes de noviembre, se están ejecutando las pruebas de carga en los viaductos y ya han sido verificados la totalidad de los existentes entre Pedralba y Campobecerros. Un tren de 650 toneladas arrastrado por una locomotora diésel eléctrica está ya realizando pasadas a diferentes velocidades y simulando distintas situaciones en el último tramo de la línea, en las inmediaciones de Ourense. El viaducto del Miño será, según los técnicos que supervisan estas pruebas, el último, con este tren que será el primero que pase por la veterana infraestructura sobre una vía de ancho estándar, utilizando el tercer carril interior de la vía de ancho mixto.

Teóricamente, ya se encuentra en tensión la catenaria entre Pedralba de la Pradería, en el kilómetro 342,992, unos metros antes del cambiador de ancho de Lobeznos, en Pedralba de la Pradería, y el cambiador de ancho de Taboadela, lo que podrá facilitar la realización de pruebas, no solo de la geometría de la vía, los trenes auscultadores y el tren laboratorio, también de la catenaria. El Adif espera iniciar esas operaciones a partir de la segunda semana de este mes de enero. 

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El nuevo paso elevado sobre la vía que une la carretera de San Cibrao a Taboadela con Calvos tiene una pendiente muy pronunciada, lo que ha sido objeto de no pocas protestas, sobre todo porque es utilizado por camiones pesados.

Las dudas surgen, sin embargo, por los antecedentes con los que se ha llevado a cabo el calendario de esta línea. Es cierto que los retrasos ya no son tan escandalosos como en los primeros tiempos, especialmente bajo el mando de Ana Pastor al frente del Ministerio de Fomento, pero hasta ahora no se ha cumplido ni uno solo de los pronósticos, ni se ha terminado en plazo ni uno solo de los contratos. Por poner dos ejemplos de obras que siguen todavía en activo, la adaptación y actuaciones complementarias entre Taboadela y Ourense, con plazos de ejecución de 12 y 13 meses, han excedido el plazo en más de un 80%. En el caso de la estación "Porta de Galicia", de A Gudiña, con un plazo de ejecución de ocho meses, que vencieron en marzo de 2020, diez meses después siguen todavía sin concluir. Ya está finalizada la marquesina de la plataforma o andén de viajeros, la estructura del edificio y del módulo de acceso a la marquesina, también están casi rematadas fachada y cubierta, así como el estacionamiento de vehículos en su plaza de acceso. Pero todavía queda mucho por hacer en los interiores del edificio, lo que elevará seguramente el retraso hasta duplicar el plazo de ejecución. 

No corre mejor suerte la base de mantenimiento de Vilavella. El Adif renunció hace casi un año, a la construcción de la base de montaje principal del tramo gallego en el término municipal de A Mezquita, aprovechando el puesto de banalización de Vilavella, entre los túneles de Vilavella y O Cañizo. Pero no descartaba mantener su uso posterior como base de mantenimiento, puesto que algunas de las obras encaminadas a su construcción fueron iniciadas, aunque con mucho retraso sobre la fecha prevista.

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La que iba a ser base de montaje, aunque Adif prevé que sea base de mantenimiento, sigue prácticamente igual que hace un año. Desde este puesto de banalización, la línea circula con dos vías hasta llegar a la localidad de Taboadela.

Lo cierto es que a finales de diciembre de 2020 en Vilavella no hay ni el más mínimo rastro de tal base de mantenimiento. Ni edificio, ni vías, ni nada que se asemeje a lo que existe actualmente en La Hiniesta, la única base de mantenimiento en activo con la que cuenta la vía gallega de alta velocidad desde la estación de Zamora. Y el contrato para esta obra superaba los ocho millones de euros. 

Con estos antecedentes y un plazo de realización de las pruebas que se han demorado sistemáticamente en más de 18 meses en todos los tramos precedentes y en el caso del más próximo entre Zamora y Pedralba por falta de una planificación adecuada de los medios para llevarlas a cabo, es lógico que las dudas sigan existiendo. ¿Se pueden hacer las pruebas en diez meses y cumplir el objetivo? Sí, se puede. ¿Se habría podido hacer también en el tramo anterior? Con más facilidad, pues era un tramo mucho más sencillo. A pesar de lo cual, su inauguración se demoró un año sobre las previsiones. 

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Las instalaciones ferroviarias ya están concluidas, al igual que la marquesina de vajeros y la estructura, cubierta y cerramiento del edificio principal. Pero faltan todavía los interiores. Esta obra tenía un plazo de ejecución de ocho meses que finalizó en marzo de 2020.

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