El arte contra los estigmas

La cafetería Ollo Ledo, en la plaza de los Remedios, alberga hasta el 30 de agosto la exposición de arte “Primeira Chis-pa”, firmada por el grupo del taller Arte Espida, integrado por pacientes del psiquiátrico del hospital de Piñor, en Barbadás. La muestra consta de una treintena de obras firmadas por siete autores que aportan una nueva perspectiva fuera de las disciplinas artísticas formales. Rodeada de sus propias pinturas y de los dibujos, poemas, esculturas y pinturas de sus compañeros, Ana E. Parro explica en qué consiste este tipo de ejercicios creativos, llamados Art Brut o arte marginal: “Se trata de una tradición en la que, desde 1945, gente sin formación artística se expresa libremente con cualquier tipo de material y de cualquier manera, siempre con un resultado artístico”. La ignición de la iniciativa se remonta al 2019, cuando el trabajo de la psicóloga Marta García con artes plásticas en un paciente hizo que a otros les picase la curiosidad por las artes plásticas. La propuesta grupal, finalmente, fue tomando forma hasta que, en mayo de este año, dio comienzo el taller con dos sesiones por semana: martes y jueves de 10,00 a 13,00 horas en la primera planta del hospital. “Lo que buscamos es crear un punto de encuentro donde haya silencio y concentración, con mucho respeto por la obra de los demás”, explica García. La psicóloga insiste en que estas reuniones no forman parte de una terapia al uso: “No es un encuentro dirigido por una terapeuta, es totalmente libre”. La psicóloga admite que el encuentro supone cierto alivio para los artistas: “La actividad les ayuda a alejarse del sufrimiento que pueda haber a su alrededor y están en compañía, sin presiones porque salga bien; el resultado no es lo importante, sino el proceso, estar bien y hacer algo que quieras y como quieras sin juicios o críticas”. Los integrantes de Arte Espida que firman las diferentes obras son la propia Parro, Rosalinda, Rita Sory, Deivid, Antía, Ana y Vero. Cada uno de los miembros del grupo no solo firma con su nombre o pseudónimo el título de cada trabajo, también dejan una impresión de sus huellas dactilares para destacar la “singularidad de cada uno”. La exhibición es el resultado de meses de trabajo, en lo que Ana E. Parro creó una serie de cuatro cuadros en pastel sobre papel protagonizados por los “Gorditos Siderales”, unos personajes orondos que habitan paisajes esféricos llenos de color y luminosidad. “A posteriori me di cuenta de que estoy retratando mi esquizofrenia, porque yo tengo unas voces en mi cabeza muy divertidas y muy voluminosas, que me llevan de viaje y viven en un mundo naíf en el que todo va bien, aunque luego vienen las consecuencias”. Para Parro, la última estampa de la serie, en el que se ve una ambulancia, marca el momento de la hospitalización dentro de la felicidad que le aportan los Gorditos, que pueden llegar a ser dañinos para su bienestar. “Hay que tener en cuenta la enfermedad que sufro y seguir el tratamiento a rajatabla”, asegura. Marta García expone que la finalidad de la iniciativa es que estos artistas, por sus circunstancias, se abran a la sociedad y se expongan mostrando sus trabajos más personales: “Lo más importante es la comunicación y la socialización, algo muy difícil dentro de la psicosis”. Por tanto, se trata de terminar con estigmas asociados a este tipo de trastornos, una meta que se consiguió durante la velada de inauguración, cuando una de las autoras le comentó a García: “No se distinguían pacientes de invitados”.