La Audiencia de Ourense decidirá la semana que viene qué juzgado es el que finalmente instruye el robo de seis armas en el búnker de la Comisaría de As Lagoas en el verano de 2014 para resolver una cuestión de competencia planteado por la magistrada de Instrucción 3. Actualmente, el asunto lo lleva Instrucción 1, que tras la reapertura del caso, decidió imputar a los gemelos Roy y Bernardo D.L., los mismos policías que están siendo investigados por el asesinato de su compañero Celso Blanco el 9 de abril de 2016.
La jueza Eva Armesto, que instruye la muerte violenta, pretende también conocer la sustracción de las pistolas, por lo que reclamó la inhibición a su compañero Leonardo Álvarez, que rechazó esa opción, por lo que debe decidir un órgano jurisdiccional superior. La titular de Instrucción 3 ya lo había hecho hace tiempo, pero ahora aporta nuevos informes, como el de la UDEV de Ourense, que considera que robo de pistolas y asesinato están íntimamente interconectados: parte de que la víctima y los gemelos tramaron un plan para el robo de las armas y el envío de anónimos injuriosos a los medios de comunicación, con intención de perjudicar a otros compañeros, y después surgieron desavenencias entre ellos, que culminaron de forma trágica.
Esta vez la sala ha optado por una vista oral, fijada para el próximo lunes, para que las partes personadas -acusaciones y defensa- en el sumario por la muerte de Blanco se pronuncien y argumenten.
Los investigados revivirán lo que hicieron el día de la muerte de Blanco
Los gemelos deberán recorrer mañana aquellos lugares en los que dicen que estuvieron el día de la muerte de Blanco, el 9 de abril de 2016. Así lo acaba de acordar el jueza instructora, contra quien se querellaron los investigados, un asunto que está pendiente en el TSXG (debe decidir si admite o no la denuncia contra la togada).
El recorrido será grabado por la UDEV y servirá para contrastar su versión con las geolocalizaciones de sus móviles. Blanco murió a las cinco de la tarde de ese día cuando, según los investigados, ellos estaban en otros lugares tanto durante como después del fallecimiento. Roy había acudido a hacer unas compras -dejó el vehículo en el aparcamiento de la comisaría- pero se fue antes y Bernardo estaba viendo, según su versión, en las instalaciones deportivas de Monterrei, a unos nueve kilómetros de la comisaría (la geolocalización de su móvil así lo corroboró).
