Renfe ha desvelado sus planes oficiales para la línea de alta velocidad con Galicia a partir de diciembre. Pero en dicha información es más relevante lo que se lee entre líneas que las reducciones de tiempo que anuncia y que se materializarán en dos plazos: con la inauguración de la línea de alta velocidad y a partir del segundo semestre de 2022 con la entrada en servicio de los primeros trenes AVE que pueden hasta Vigo. Y es que, en ambos casos, Vigo perderá su conexión directa con Madrid, a través del bypass de Conxo y los trenes tendrán que hacer parada en la estación de Santiago e invertir el sentido de la marcha para circular luego por la línea de alta velocidad a partir de la capital de Galicia hasta Madrid. El viaje entre Vigo y Ourense, con un AVE que puede circular a 330 kilómetros por hora entre Ourense y Santiago y a 200 entre Santiago y Vigo, seguirá siendo de una hora y media, como ya ocurre hoy con seis de los 20 servicios diarios. Es un minuto más que el tren regional que sirve de lanzadera hasta Ourense para enlazar con el Alvia A Coruña-Barcelona y que circula por la denostada línea del Miño y hace parada en Redondela y Guillarei. ¿Dónde está la explicación? En la parada en Santiago. La explicación es sencilla. Llenar un Alvia con 265 plazas es más fácil que hacerlo con un AVE que tiene 521 asientos. Y para que se pueda mantener el mismo número de frecuencias, tiene que haber paradas intermedias que faciliten el más alto índice de ocupación posible del tren.
Los horarios anunciados por Renfe el día 11 de octubre distan mucho de los previstos por el Ministerio hace ahora tres años, en octubre de 2018. En aquella fecha, cuando el viaje entre Vigo y Madrid llevaba al Alvia 6 horas y 8 minutos, se preveía que la inauguración del tramo Zamora-Pedralba permitiría reducir el tiempo de viaje a 5 horas y 6 minutos si el tren abandonaba la línea del Miño y hacía el arco Ourense-Santiago-Vigo por la línea del AVE y el eje Atlántico, sin entrar en la estación compostelana, y una única parada entre Ourense y Madrid, en Zamora. El Alvia que cumple esos requisitos invierte actualmente 5 horas y 10 minutos. La desviación sobre el pronóstico es mínima. Al menos sobre el papel, porque la mayoría de las veces el tren llega con retraso. Sitúa así el tiempo entre Ourense y Vigo en alrededor de hora y media de viaje.
Sin embargo, con el horario que entrará en vigor a partir del mes de diciembre, cuando Vigo seguirá teniendo trenes Alvia, pero que circularán por la línea de alta velocidad hasta Santiago, sin el paréntesis de más de 130 kilómetros de la tortuosa vía convencional entre Pedralba y Ourense, será la ciudad que menos beneficio obtendrá de esa inauguración, en términos de duración del trayecto: Santiago, 64 minutos; A Coruña, 63; Lugo, 57 y Vigo, 54. ¿A qué se debe? ¿El Alvia Madrid-Vigo va a ser más lento que al resto de las ciudades gallegas? No. Simplemente que hará parada en la estación de Santiago de Compostela. Dejará de ser un tren directo que aprovecha la bifurcación que le libera de entrar en la estación compostelana. Y eso supone una parada adicional y el tiempo necesario para la inversión del sentido de la marcha. Eso explica los diez minutos que pierde el tren a Vigo sobre la ventaja que había obtenido hasta llegar a Santiago, mientras que a Coruña solo pierde un minuto, correspondiente a la breve parada en la estación compostelana.
DESVIACIÓN: 25 MINUTOS MÁS DE LO PREVISTO EN EL VIAJE A VIGO
Entre diciembre de 2021 y el primer semestre de 2022, el Vigo-Madrid durará 4 horas y 16 minutos. Los AVRIL ganarán veinte minutos en el segundo semestre, pero quedará en tres horas y 46 minutos frente a las tres horas y veinte previsto en octubre de 2018, considerando un tren que hiciese el recorrido sin pasar por la estación de Santiago. Los tiempos de viaje también se dilatan al resto de las ciudades gallegas, salvo Ourense, que mantiene fijo su objetivo de dos horas y cuarto. Vigo es donde más desviación hay sobre las previsiones: 10 minutos más a Santiago, 16 a Coruña y 25 a Vigo.
