Los presupuestos de la Diputación son los de “a cooperación cos concellos e coa veciñanza”, tal y como los definió ayer el presidente provincial Manuel Baltar, que puso a la institución que preside como “a mellor aliada dos concellos e un piar básico para entidades económicas, culturais e sociais”.
El presidente de la Diputación compareció en la comisión de Economía, Facenda e Orzamentos del Parlamento para dar cuenta de las líneas generales del proyecto económico del próximo año, en la que presumió de que la administración que dirige ha sido “un ano máis” la primera del Estado en aprobar sus cuentas para el siguiente ejercicio, que ascienden a 90,9 millones (un 6,15% más) y que fueron aprobados en septiembre.
El mandatario compareció en la comisión, por la que pasaron otros presidentes provinciales, salvo Carmela Silva, presidenta de la Diputación de Pontevedra, que un año más se ausentó de la cita.
“Para min é unha obriga estar aquí”, aseveró Baltar en el inicio de su intervención, en la que aprovechó para poner fecha a la aprobación de las cuentas de 2024, que se hará “o 29 de setembro de 2023 ás 12 horas”. Así, mostró su confianza en renovar el mandato en las elecciones de mayo, a las que acudirá con un plan de acción política a nivel provincial, “algo que non ten ningunha outra forza política”.
El presidente provincial subrayó la “anticipación, previsibilidade e planificación” como “liñas mestras” de su gobierno, que demuestra en los presupuestos ya aprobados para 2023, que son “os máis altos da historia e seguen a ser os da cooperación cos concellos e coa veciñanza, ademais de facer especial fincapé nos aspectos medioambientais, sociais, turísticos e culturais”. En su comparecencia, abordó proyectos estratégicos que se están desarrollando en Ourense como el apoyo al termalismo, el deporte y la cultura, así como “o liderado na cooperación e o traballo en rede a nivel estatal e comunitario”.
También pidió a los miembros de la comisión situar a Ourense como “eixo de proxectos tractores no marco dos Next Generation”, al tiempo que reivindicó su papel a nivel nacional e internacional: “Somos o goberno provincial con maior e mellor presenza nesta esfera”.
Críticas de la oposición
María González Albert (BNG) y Carmen Dacosta (PSOE) contradijeron la visión de Baltar y aseguraron que la provincia vive anclada en el “anacronismo e caciquismo” con pérdida de población “constante” ante la “falta de oportunidades”, una afirmación que Baltar rebatió con el argumento de que el bipartito fue “o periodo máis caciquil” de Galicia, tras tildar de “rancio” el discurso de socialistas y nacionalistas”.
