La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de coronavirus del CHUO se vació ayer, después de dos meses y medio de intensa batalla. El equipo tomaba aire ayer tras conocer el resultado negativo del test realizado al último paciente positivo que permanecía aislado. "Todavía tenemos a seis personas críticas que ingresaron por complicaciones derivadas del coronavirus, pero ninguna es positiva ya", explica Víctor López, jefe del servicio de Medicina Intensiva del CHUO, que espera, si la evolución de los casos es favorable, darles el alta en los próximos 15 días.
Semanas duras
El 18 de marzo ingresó el primer paciente crítico con coronavirus en la UCI del CHUO, que en apenas dos semanas ya duplicaba el número de casos. El día 25, la gerencia adaptó la UCI covid, habilitada con 20 camas que se quedaron en pocas con el paso de los días. El 14 de abril, el personal atendía a 23 enfermos, y la gerencia avanzaba un paso más en el plan de contingencia. "Fueron momentos duros, entrabas en la unidad y veías camas, camas, camas, otra sala, camas, camas, camas... y todas con pacientes", recuerda Paula González, enfermera de la UCI, que empezó a trabajar en el CHUO durante la crisis sanitaria. En la memoria de todo el equipo permanecen las imágenes de los primeros días, de una unidad que recibía nuevos ingresos de forma acelerada, mientras todavía no se divisaba la luz al final del túnel.
"Hemos tenido a 29 pacientes con covid, de los que la mayoría se ha recuperado, pero no nos olvidamos de las tres personas que fallecieron durante este tiempo", asegura López. El equipo vivió los momentos más duros entre finales de marzo e inicios de abril, pero el esfuerzo no disminuyó. "La clave ha sido el gran trabajo de todo el servicio, médicos, enfermeros, auxiliares, limpiadores... aquí nadie ha regateado horas de esfuerzo", resalta el jefe de Medicina Intensiva.
Ahora, el espacio ocupado por la UCI covid ya está vacío, y la satisfacción es "máxima". "Entrar en la unidad y ver que la primera zona estaba ya sin pacientes era un auténtico orgullo. Yo veía eso y decía 'jolín, lo estamos consiguiendo, por fin, con lo lleno que ha estado esto'. Empiezo a darme cuenta ahora de todo lo que hemos pasado, porque en ese momento no era consciente. Trabajaba a tope para que los pacientes saliesen adelante y no pensaba en nada más", reconoce Paula González, que estos días ya atiende a los pacientes sin utilizar los Equipos de Protección Individual (EPI). "Utilizamos la mascarilla quirúrgica durante todo el turno, claro, pero ya no es lo mismo. No estás preocupada porque no te puedes tocar la cara, aunque sigas con prevención. Y al llegar a casa también estás más tranquila, no es comparable a la sensación de antes. Eso sí, que nadie se olvide de que el virus sigue ahí", apunta.
Tras la crisis, la unidad de la UCI será renovada
El jefe del servicio de Medicina Intensiva del CHUO, Víctor López, adelantaba ayer la remodelación de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), después de la crisis sanitaria. "Como método de mejora, solicitamos un nuevo espacio, de acuerdo con la gerencia y con la Consellería de Sanidade, después de valorar los problemas que hemos tenido durante la crisis, sobre todo de tipo arquitectónico. La situación que hemos pasado nos hace estar más preparados en los medios que tenemos ante una posible nueva ola", explica. La unidad actual se construyó hace más de 20 años, por lo que los profesionales consideran necesaria una renovación.
Los sanitarios piden mejoras laborales
La Comisión de Centro del CHUO protestó durante la mañana de ayer contra la política de contrataciones del Sergas en la entrada del nuevo edificio de hospitalización. Más de medio centenar de sanitarios reclamaron a la Consellería mejoras de calado, y criticaron la situación de inseguridad laboral en la que se mantienen. Los trabajadores piden respetar el pacto de selección temporal, que obliga a respetar el orden de lista para la asignación de contratos.
