Cada cura de Ourense atiende cinco parroquias de media y el 70% supera los 60 años

Sacerdotes de la provincia durante uno de los actos de Semana Santa en la ciudad. JOSÉ PAZ
photo_camera Sacerdotes de la provincia durante uno de los actos de Semana Santa en la ciudad. JOSÉ PAZ
La Diócesis ourensana perdió al 25% de sus sacerdotes en seis años y en la Baixa Limia tocan a 11 feligresías por párroco

La Diócesis de Ourense enfrenta a contrarreloj uno de sus principales quebraderos de cabeza: el necesario relevo generacional por la avanzada edad de los sacerdotes y las continuas bajas por fallecimiento. La Iglesia ourensana ha perdido al 25% de sus curas en apenas seis años.

El envecimiento de los párrocos centra las preocupaciones del obispo, Leonardo Lemos, y de toda la comunidad religiosa ourensana en general. Los datos facilitados desde el Obispado hablan por sí solos: ya no solo conviven las bajas con la merma de vocaciones, con sacerdotes obligados a atender cada fin de semana hasta 11 parroquias en el caso de la Baixa Limia.

Ahora, además, los que resisten se hacen mayores: el 70% de los párrocos de la Diócesis de Ourense tiene más de 60 años. Además, uno de cada seis supera los 80. Hay 15 curas que siguen misando con más de 85 años. El telón de fondo de esta situación son las más de 700 parroquias de la provincia (735), en una realidad de dispersión y despoblación que complica la labor religiosa que deben repartise 149 curas en activo, 47 menos de los que eran en 2017.

La Semana Santa, uno de los momentos más importantes para los cristianos, pone aún más de manifiesto la realidad a la que se enfrenta la Diócesis de Ourense. Son días de más esfuerzo. Hace años que el Obispado busca soluciones al relevo generacional y al consecuente trabajo acumulado de los sacerdotes que aguantan.

La creación de unidades parroquiales es uno de esos proyectos, con el objetivo de que los curas acudan a un centro de reunión común a varias parroquias.

Ocurre, especialmente, en el rural, también despoblado y envejecido. También hay laicos que presiden las celebraciones de la palabra, que son reuniones que tienen lugar los domingos a falta de eucaristía. Sin embargo, aún aliviando la carga de trabajo de los párrocos, hay zonas en las que, de media, deben atender 11 parroquias: es el caso del arciprestazgo de Baixa Limia. Aquí son apenas cuatro párrocos los que se reparten un total de 44 parroquias. Es el caso más extremo de la provincia ya que, de media, un sacerdote ourensano está al cargo de cinco parroquias.

Son 12 los arciprestazgos que se reparten un total de 149 curas con trabajo pastoral, aunque la Diócesis de Ourense contabiliza hasta 230 sacerdotes. Este añadido es otra prueba más del envejecimiento de la plantilla: hasta 64 sacerdotes ourensanos son eméritos, es decir, que ya no ejercen, normalmente por su avanzada edad. Los párrocos jóvenes son la excepción.

La carga de trabajo se acentúa, además de en la Baixa Limia, en los arciprestazgos de Os Milagros (cada sacerdote atiende de media 10,6 parroquias); A Limia (6,9 parroquias de media); Carballiño (6,2) y Verín (6,5).

En la otra cara de la moneda están algunos arciprestazgos de la ciudad: los curas de la zona sur de Ourense deben atender 1,6 parroquias de media -son nueve para 15 parroquias-, aunque los de la zona norte deben repartirse 56 parroquias entre 16 curas (es decir, 3,5 parroquias de media). Con todo, son parroquias mucho más multitudinarias que, antaño, tenían un cura por cada una de ellas debido al volumen de atenciones.

El arciprestazgo de Ourense-Este tiene 12 sacerdotes al cargo de 28 parroquias, mientras que el Oeste mantiene a nueve curas al frente de 15 centros. La última crisis, provocada por la guerra de Ucrania, ha supuesto más trabajo para los sacerdotes de la ciudad. 

A los anteriores hay que sumar los arciprestazgos de Allariz (los curas atienden 4,6 parroquias de media); Celanova (4,2) y Ribadavia (3,7) para completar la lista.

La Diócesis de Ourense no pierde la esperanza para llegar cada fin de semana a sus más de 700 parroquias. En estos momentos, hay dos sacerdotes menores de 30 años en activo. En la franja de 30 a 39 años son 16. Por otro lado, la Diócesis dio recientemente la bienvenida a cuatro sacerdotes llegados de otros países, fundamentalmente de América Latina. Dan misa en Vilardevós, Oímbra, Bande, Entrimo, Lobios y Baltar. 

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