La vida a la intemperie se vuelve inviable a temperaturas bajo cero. Carmen Babarro pensó que podría morir congelada cuando se quedó dormida en los jardinillos del Padre Feijóo a -2,5 grados. Entonces la policía apareció justo a tiempo.
Carmen Babarro pensó que las bajas temperaturas iban a acabar con su vida el sábado. Eran las 4 de la madrugada y los termómetros de la ciudad marcaban -2,5 grados. En previsión del ruido y la…
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