Cerca de 230 kilómetros de carreteras estratégicas en Ourense permanecen paralizados

La N-120, en los alrededores de Ourense, es la vía habitual para enlazar la capital con Valdeorras y presenta importantes carencias.
photo_camera La N-120, en los alrededores de Ourense, es la vía habitual para enlazar la capital con Valdeorras y presenta importantes carencias.

Autovías vitales para comunicar la provincia como las de Lugo y Valdeorras acumulan polvo en los cajones ministeriales

La provincia continúa esperando la construcción de unos 230 kilómetros de carreteras estratégicas para vertebrar el territorio. Las autovías prometidas permanecen acumulando polvo en trámites administrativos, cuando sus tramos no están directamente congelados. La parálisis burocrática de estas infraestructuras penaliza a territorios como Valdeorras, la Baixa Limia o incluso la ciudad, ya que los usuarios se ven obligados a transitar por viales obsoletos que empeoran su estado cada año.

El ejemplo más sangrante de estas carencias es el de la A-76, esencial para comunicar Ourense con Monforte, Valdeorras y el Bierzo, así como para facilitar el acceso a León. Se trata de alrededor de 125 kilómetros entre Ponferrada y la ciudad de As Burgas que fueron prometidos a mediados de los 2000. De ellos, no se ha ejecutado ni uno solo.

Tan solo se encuentran en redacción los tramos de la circunvalación de Monforte y los que comunican O Barco con la capital berciana, que el Gobierno dijo priorizar. Llevan años en ese proceso, y del resto de tramos no se sabe nada. El ministro de Transportes, Óscar Puente, afirmó en una visita a Ponferrada este viernes que el proyecto del primer tramo estaría finalizado en abril y que se licitaría en 2024. Sin embargo, el Ministerio ya había prometido este 2023 que se licitaría antes de acabar el año, lo que no se cumplió.

Mientras tanto, la alternativa es la obsoleta carretera N-120, cuyo firme empeoró después de la última temporada de lluvias con la aparición de baches significativos. A pesar de que el Ministerio reasfaltó algunos tramos este año, el estado del vial se deterioró todavía más en zonas como las curvas del alto da Guítara, así como en el entorno de Monforte de Lemos y Quiroga.

Si la autovía entre la ciudad y el oriente vive en el olvido, la A-56 hacia Lugo no corre mucha mejor suerte. Existe un tramo construido, San Martiño-A Barrela, de 8,8 kilómetros. Más allá de ese sector, solo se está materializando la circunvalación norte, con dos tramos: Eirasvedras-Quintela y Quintela-A Casilla. Se convertirá en una arteria esencial para descongestionar el centro urbano de Ourense. El primero está en obras. Al menos, sobre el papel, ya que más de un año después no se aprecia ningún avance ni existe maquinaria trabajando en la zona.

Continuando en sentido Lugo, el proyecto del segundo fue aprobado provisionalmente por el Ministerio de Transportes la semana pasada. El tramo A Casilla-Cambeo sigue esperando la licitación de las obras, y la redacción del tramo Cambeo-San Martiño está paralizada después de la rescisión del contrato. A partir de A Barrela, la tramitación de los otros cuatro tramos está completamente congelada. Los kilómetros sin construir de la A-56 ascienden a más de 61.

Otro vial estratégico es la prolongación de la AG-31, la autovía de Celanova, hasta Portugal. La extensión de la carretera mejoraría también la comunicación de la Baixa Limia, otra de las zonas castigadas por la falta de infraestructuras. Habría que construir alrededor de 43 kilómetros, pero la falta de acuerdo entre la Xunta -titular de la OU-540- y el Gobierno -sería una carretera transfronteriza- condena este proyecto al purgatorio.

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