Los responsables del Cardenal Cisneros, un colegio privado-concertado con 120 alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria y 18 profesores, según los datos aportados por el director, Benigno López, quisieron dejar claro que “el muro del patio estaba perfectamente”. Ni la administradora del centro, ni el director ni el profesorado comparten las palabras del alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, quien no estuvo en el lugar pero sí en las redes sociales: “Aunque este es un colegio concertado, la negligencia y responsabilidad de la Xunta de Galicia es absoluta”. Horas después, matizó sus palabras con un “podría llegar a ser”.
América López, la máxima responsable de un colegio con 60 años de historia, mostró su enojo: “Que no nos cuenten historias para no dormir porque el muro del patio estaba en perfectas condiciones, pero el agua que recibió no hay quien lo aguante, ni este ni ningún muro, porque era una cascada”, aseguró. En la misma línea se pronunció el director, quien incluso puntualizó: “Se examinó el pasado verano, tras un aviso del edificio de al lado, y todo estaba bien”. Los profesores también salieron en defensa de la pared. “Está en pendiente, inclinada, a modo de refuerzo, aunque nos coma más de un metro del patio, para que sea segura”, aseguraba Patricia Solla.
El jefe territorial de Educación, José Fisteos, esquivó la polémica: “No me compete hacer valoraciones, pero la máxima responsabilidad es la de una empresa que estaba trabajando arriba”. Fuentes de la Consellería aclararon que “ninguno de los edificios afectados es de la Xunta de Galicia”.
El teniente alcalde, Armando Ojea, no lo tiene tan claro. “Ahora se trata de ver en qué estado estaba ese patio, teniendo en cuenta que es un colegio y que hay una responsabilidad por parte de la Consellería de Educación”, aseguró. Según añadió, “hay que ver la responsabilidad que tiene la Consellería y así evaluar si el patio estaba en las condiciones exigidas por la ley”. Y, ya de paso, echó mano de una comparación sin mucha relación: “Tenemos unos parque infantiles que hasta el lunes no los abriremos porque preferimos esperar por las certificaciones pertinentes y cumplir la normativa (…) Y esto debería ser algo así, los lugares de esparcimiento infantil tienen que cumplir con unos requisitos y los colegios tienen que tener sus instalaciones en condiciones”. El accidente de ayer es una incidencia que, según Ojea, “tiene que estar prevista”. Y, ya de paso, recordar que él también estudió allí “unos meses”.
