Tal y como informa en exclusiva La Región, la cárcel de Pereiro de Aguiar, en Ourense, ha prohibido la venta de refrescos de cola. Y es que los presos utilizaban esta bebida para mezclarla con droga. Pero, ¿cómo introducen en la prisión estas sustancias?
No siempre la droga se oculta entre los intestinos, el ano o la vagina.
El pasado mes de noviembre, una madre admitía en el Penal 2 que aprovechó una comunicación por locutorio con su hija en la prisión de Ourense para pasarle un poco de hachís. Ocurrió en la mañana de 14 de agosto de 2021. La progenitora, al dirigirse a la zona de locutorios para comunicar con su hija, se paró a la altura de unas plantas que hay a la entrada. Allí dejó de manera disimulada, en el interior de unas de las macetas, un envoltorio de tela que contenía cuatro bellotas (38,4 gramos).
Un funcionario que contempló la “operación” sospechó y el Servicio de inspección farmacéutica y control de drogas de las dependencias de Sanidad de Vigo lo confirmó las sospechas. La hija se quedó sin el hachís y la madre con un año de cárcel (se le suspendió por falta de antecedentes).
