Alerta sanitaria

Ourense se reivindica para la desescalada con la contención del virus y hospitales con capacidad

León, el perro de Antonio y Josefina –en segundo plano de la imagen–, observa al fotógrafo, ayer en Parada de Sil. (Foto: Miguel Ángel)
photo_camera León, el perro de Antonio y Josefina –en segundo plano de la imagen–, observa al fotógrafo, ayer en Parada de Sil. (Foto: Miguel Ángel)

La proporción de camas por habitante es la más elevada, mientras la gerencia sanitaria aplica también mejoras para la nueva fase

El cóctel de medidas que prepara el Gobierno central para comenzar a relajar las estrictas normas de confinamiento y activar la vida económica y social – con un plan de desescalada que debe aprobar hoy el Gobierno en Consejo de Ministros– tienen en la mayor parte del territorio ourensano un laboratorio perfecto para empezar a aplicarse cuanto antes, como planteó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cuando propuso al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que las áreas sanitarias deberían ser el marco para analizar las medidas por territorio, con la de Ourense contando con los distritos de Verín y Valdeorras para diferentes estrategias.

La Xunta señaló a las comarcas de Monterrei y Valdeorras como zonas que podrían recibir un trato preferente para comenzar la ansiada desescalada. Los números y capacidad asistencial avalan esta candidatura. Por un lado, son los dos hospitales más controlables, al tener el de Verín tan solo 26.150 ciudadanos adscritos, y Valdeorras 30.233. Ningún otro comarcal de Galicia tiene una cifra tan reducida, ya que Cee (37.332), Monforte (41.963), Barbanza (62.771), A Mariña (65.605) y Salnés (73.184) superan estos parámetros.

Recursos

Asimismo, y teniendo en cuenta que las personas mayores son el principal grupo de riesgo del COVID-19, también ahí destacan los dos comarcales ourensanos como laboratorio. El 35,2% de la población de influencia de Verín es mayor de 65 años, siendo el que más porcentaje de esta franja de edad tiene en toda Galicia. Valdeorras, con el 31% es el tercero de los comarcales con mayor pese de la población mayor, solo superado en este caso por el de Monforte, que llega también al 35%.

Y a todos estos ingredientes, se les une que los dos comarcales ourensanos son los que más camas disponibles tienen en función de la población de referencia a la que atienden. Así lo refleja el Catálogo Nacional de Hospitales del Ministerio de Sanidad. Así, O Barco, con 94 camas y Verín, con 80, tienen una ratio ciudadanos/camas hospitalarias mucho más alto que el resto de comarcales.

Todos ellos tienen más población, pero una ratio inferior: Barbanza (84 camas), Cee (76) y O Salnés (82). Tampoco A Mariña supera la ratio asistencial de los comarcales ourensanos, a los que solo iguala el de Monforte.

Tendencia a la baja

A esto se añade que la evolución de la pandemia continúa ofreciendo motivos para el optimismo, viendo cada vez más lejos aquellos días a en los que los contagios florecían sin control mientras se ponía a prueba la capacidad de los diferentes hospitales de la provincia, obligando a la gerencia del área sanitaria a activar fases de su plan de contingencia como el hacer uso del hospital de Piñor o preparar nuevos circuitos en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense.

Así, el 7 de abril se alcanzaba en la provincia el pico máximo de personas hospitalizadas un total de 217 que contrastan con las 160 que había ayer, pero que atendiendo a lo que sucede en los hospitales comarcales acentúan la necesidad de pensar en un ritmo diferente de salida de la crisis en cada territorio.

En el centro sanitario de Valdeorras había ayer siete ingresados, una tercera parte de los que el hospital soportó en la fase más aguda de la pandemia del coronavirus (con 16 fallecidos confirmados), manteniendo además una capacidad de hasta 28 camas reservadas para estos pacientes.

Menos impacto tuvo la enfermedad, por su parte, en el hospital de Verín (donde murieron seis personas hasta la fecha), ahora con cuatro pacientes en planta, lejos de los 11 que llegó a haber a principios de mes. "No tuvimos necesidad de usar la segunda planta que estaba preparada", señalaba hace días la directora del centro, Guillermina Agulla, indicando que se atisbaba una tendencia a la baja como la que los datos están confirmando.

El CHUO se blinda

Esta evolución es "favorable", confirmaba la gerencia, aunque el incremento de pruebas diagnósticas, sobre todo a través del estudio epidemiológico en marcha, podría hacer incrementar el número de casos activos. La desescalada está ya en la estrategia y, aplicando un principio de "prudencia",se inician ya actividades de reactivación para recuperar una "certa normalidade", coincidiendo a partir de ahora dos circuitos asistenciales en paralelo.

Siguiendo las directrices gubernamentales,se refuerzan desde hoy las medidas de seguridad y prevención de las UCI no COVID. Se harán controles microbiológicos, una limpieza intensiva e incluso una pequeña reforma para dar más seguridad. El Complexo Hospitalario Universitario de Ourense cerrará siete boxes para reforzar la seguridad en previsión de necesidades futuras, y volverán a funcionar esta semana.

El aval de los alcaldes

La desescalada por comarcas y poniendo en valor las zonas rurales menos afectadas tiene el aval de los regidores. "Aquí en todo Monterrei houbo poucos positivos, a xente está sendo moi prudente e esperamos que poidamos ir facendo a tal ansiada desescalada, ver así a luz ó final do túnel", explica la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino, que como otros regidores destaca que apenas se contabilizaron al inicio de la pandemia "un par de positivos, pero agora mesmo non temos".

Opinión similar mantiene el alcalde de A Mezquita, cuyo municipio también está ligado al hospital de Verín. "Se analizamos ben, ningún dos casos que tivemos era de xente que estaba vivindo aquí. Facendo todo ordenadamente, non és o mesmo o rural que o urbano. Aplicando o sentido común e seguindo as regras básicas podemos ir saíndo", señala Rafael Perez, que sí muestra algo de preocupación por cómo se controle la movilidad entre comarcas, temor compartido por otros alcaldes.

Un temor: la movilidad

"O medo é que moita xente e familias de fóra aproveiten para vir en masa, e iso será un punto para controlar", señala Amador Vázquez, regidor de Vilamarín, también convencido de que ha llegado el momento de cambiar el chip: "Eu creo que seriamos bos candidatos para empezar o desconfinamento, pero con precaucións. Aquí estámolo levando bastante ben, non afectou moito, agora temos material suficiente, no hai aglomeracións.

Os que máis nos preocupan son os que teñen que producir, no parque empresarial as empresas están a medio gas e necesitan saír para adiante", añade. Cree que se debe empezar a abrir la mano sin perder el control de la movilidad.

El regidor de Cea, José Luis Valladares, quiere también buscar la normalidad. "Eu son da idea de empezar a facer vida normal pouco a pouco, hai moitas aldeas de tres ou catro veciños nas que non debería haber problema". La necesidad ya apremia: "A xente precisa comezar a sementar os pementos, as cebolas, e é preciso empezar a dar algo de marxe. Toco madeira, non tivemos ningún caso e nestes sitios había que empezar xa".

El regidor de Maceda, Rubén Quintas, cree que el "sentido común" debe llevar a empezar una desescalada con "diferenzas entre o rural e a cidade", ya que en zonas poco pobladas es "máis sinxelo". "A maioría da xente que vén á vila vai aos mesmos sitios, o banco, o supermercado e a farmacia, e para as autoridades será máis fácil de controlar. Seriamos unha boa proba do desconfinamento total".

En la comarca de Celanova, tuvieron un foco grande en la residencia de la capital, pero fuera de ahí la situación parece controlada. "Os test que vén de facer a Xunta en Quintela de Leirado e en Gomesende deron todos negativos e nos outros municipios houbo poucos casos", indica el alcalde de Leirado, José Antonio Pérez. Confía en la propuesta del desconfinamiento por comarcas, con un ojo a la movilidad: "A xente que vive en Ourense ou Barbadás, en canto poida escapará, e sería un problema que viñera todo de golpe ao rural. A proposta da Xunta é correcta, e que hai que ir facéndoo por zonas", añade.

Mientras, algo más al sur, A Baixa Limia también reclama que wse tengan en cuenta los "casos aislados", como señala el alcalde de Muíños y diputado provincial, Plácido Álvarez, poniendo en valor la "responsabilidade da xente que respondeu sempre ás directrices". El veterano regidor apunta que hay muchos vecinos "que notan que empeza a ser unha necesidade volver á normalidade porque se pasa mal tras tanto tempo pechado". Coincide con sus "colegas" en que "o rural nada ten que ver coa cidade".

Ventajas del rural

En Sandiás, mientras, también su alcalde, Felipe Traveso, relata la "tranquilidade" que existe en el municipio, que ya ha dejado atrás los dos positivos detectados, reclamando que de una vez por todas se le conceda al rural un plus frente a las zonas urbanas, donde la exposición a los contagios es mucho más elevada. "Debemos ter vantaxes tamén, aquí nas aldeas é todo máis laxo, temos feito unha información bastante fluída e penso que está todo controlado", señala Traveso.

Por su parte, también en el corazón de la Ribeira Sacra buscan aire. En Parada de Sil, tras solo "un caso illado dun que procedía de Madrid", el alcalde de la localidad, Aquilino Domínguez, aboga "por facer ver que no rural temos outra sorte e podemos afrontar isto dunha maneira distinta", subrayando que "sempre cumpriremos o que diga o Goberno", pero se todos poñemos da nosa parte, non debe haber máis historia".

Te puede interesar