Culebras por el vecindario en Barrocás

La peligrosa cercanía a un solar abandonado molesta a los vecinos de Barrocás. De él suelen salir reptiles y ratas con los que se ven abocados a convivir y, de vez en cuando, acuden a hacerles una visita a sus domicilios sin avisar primero. 

"Esto está medio abandonado. Las culebras y las ratas entran en las casas”, lamenta Manolo Martín, presidente de la comunidad de propietarios de Barrocás. “Y también las cucarachas”, añade Roberto Vigo, otro vecino. Decenas de personas viven en las inmediaciones de un solar abandonado, perteneciente a un gran propietario, que funciona como nido de reptiles de hasta un metro de largo, según estimaciones del vecindario. La distancia del solar a los domicilios más cercanos apenas es mayor que la longitud de una culebra estirada como las que se ven por el eterno descampado, inmune a los escritos enviados por los vecinos al Concello. 

Hace cinco años sufrieron un incendio, y ahora los residentes en la zona, en un año de temperaturas récord, temen ver de nuevo las persianas estrujándose por el fuego. Este año, “cuando llegaron los operarios para desbrozar, trajeron un tractor que solo pudo arreglar la zona central, pero no el resto”, recuerda Martín. 

Y ahora coleccionan y comparten de forma rutinaria anécdotas de culebras que “si estuviera cortada la hierba, no se atreverían a acercarse tanto”. “Hay una plaga de cucarachas”, lamenta Rosa Ferreira. “Pola noite puxen o lavaplatos e cando regresei pola mañá estaba todo negro de formigas”, recuerda María Leboso. “A mí, hace dos meses, me apareció una rata en el baño, no llegó a salir porque bajé la tapa”, añade Ferreira. “Entran por las cañerías para arriba”, explica Martín. “Este verano, lo que no hay son erizos”, comparan los vecinos. 

 “Se deixan as silvas, saen as culebras”, resume Isabel Rodríguez, “e despois, se prende un lume, témolo que apagar nós coas mangueiras porque o acceso é malo e os bombeiros non poden entrar”.

Los vecinos ya bromean con hacer “rata ao forno”. También les disgusta el mal estado de bancos y aceras, donde cayeron varias personas en los últimos días debido a alguna baldosa levantada; o del polideportivo: tanto porterías como canastas están oxidadas y rotas y los excrementos de paloma suponen la pintura más reciente sobre el pavimento. Pero hubo un Barrocás aún más salvaje: los veteranos del lugar recuerdan cuando este barrio era todo campo, había en el lugar unas señoriales viñas y allí se encontraba un caserío que los chavales del lugar se encargarían de desmontar piedra a piedra.

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