"Ay Dios mío, por mi vida!”, exclamó una vecina de Ourense que hablaba por teléfono cuando lo supo, antes de quedarse pasmada mientras su interlocutora preguntaba qué sucedía. No se había enterado de que vivía a escasos metros de un presunto depredador sexual. Manuel L. F., conocido como “Manu”, residía en la calle Carlos Maside, justo al lado del estadio de O Couto. Fue detenido y encarcelado ya con 21 años, porque se le acusa de delitos contra la integridad sexual de al menos nueve menores, tal como adelantó La Región.
“Siempre andaba con jovencitas”, recordó luego. Pero a pesar de vivir en la misma calle, no era consciente de que recaía esa acusación sobre su vecino. Como ella, algunos residentes todavía no habían salido de su asombro después de enterarse de la detención del joven, que se hacía pasar por el capo de una mafia para coaccionar a sus víctimas, según las declaraciones aportadas en la investigación.
La compañía recurrente de adolescentes es algo en lo que coincidían ayer muchos vecinos del barrio que se encontraban con él por la calle, y que apenas salían del estupor ante la noticia. “Hace tiempo lo veía siempre sentado en un portal, siempre con una chica. Últimamente lo veía con dos a la vez”, aseguró otra de las vecinas de la calle, carrito de la compra en mano.
Problemático
Algunos habitantes de Carlos Maside relataron que llevaban tiempo desconfiando de este joven. Una mujer que paseaba a su mascota habló de que se trata de un chico problemático. “Ya hemos tenido varios altercados con él en verano” debido al alto volumen al que ponía la música, según sus palabras. Y revivió la jornada del jueves: “Vi toda la policía y me pregunté qué pasaba. Pensé que era cosa de drogas o algo así. Me esperaba todo menos eso”.
El juez Leonardo Álvarez ordenó el ingreso provisional en prisión del joven debido al elevado riesgo de fuga. Según los testimonios recogidos, se autoproclamaba jefe de una organización criminal, la “CBK”, algo que le dio una posición de poder para aprovecharse de las menores. Las coaccionaba y cometía las agresiones sexuales en un inmueble abandonado, en las inmediaciones del estadio de O Couto, un enclave próximo a donde vivía. A esa casa abandonada solían acudir chavales, según explicaron algunos vecinos.
Conforme manifestaron más residentes de la calle, “Manu” es un joven complicado. “Con la madre siempre grita, es un niño conflictivo… Rompió la puerta de su portal una vez”, contaba un vecino próximo al domicilio del detenido.
"Podía tocarme a min"
Los padres y madres vivían con más ansiedad las horas posteriores a la detención del joven, a quien no era complicado encontrar en la calle “con música, de arriba para abaixo”, como detallaba un hombre. “Eu coñecíao de velo. Tiña comentarios desafortunados coas rapazas”, decía una madre que daba muestras de preocupación. ¿Y qué comentarios? Hizo memoria y los citó: “Haberá tres semanas ou así, ‘quen quere un trío?’, ou ‘a ver con quen fodo hoxe’, pero dis, son cousas de mozos… Nunca imaxinas isto”. La preocupación, su hija: “Teño unha filla e mesmo podía estar eu na situación desas familias, podía estar tocándome a min. Isto destrózalle a vida á nena e á familia”.
En la elaboración de este reportaje se trató de obtener la versión de la familia del detenido, de manera infructuosa.
