Si Isabel Pantoja aconsejó en 2003 a su entonces amante Julián Muñoz enseñar “dientes, dientes” a los medio gráficos cuando paseaban su idilio por Marbella, en respuesta al acoso social que sufrían, la abogada Carmen Ventoso hizo lo propio con Rosa Rodríguez, una de los nueve investigados en la trama de drogas que se juzgó esta semana en la Audiencia de Ourense. La imputada, exmujer de Francisco Javier Janeiro -“Javillo”-, considerado por la policía como el capo de la heroína gallego, volvió a reiterar ayer que es una drogadicta en tratamiento y no dudó en enseñar los dientes a los magistrados que tenía delante. “Una narcotraficante no tiene esta boca, señoría, que es producto de la droga”, aseguró al tiempo que la magistrada presidenta de la sala la conminó a zanjar la puesta en escena.
Su expareja, Javillo, también abrió la boca, pero para señalar al colombiano Andrés Fernando Calvo Heredia, uno de los dos únicos inculpados que admitieron traficar con estupefacientes. “No lo conozco de nada, pero un preso me dijo en la cárcel que le había dicho que tenía que mentir porque llegó a un acuerdo con la fiscal”, aseguró al final de la vista. Precisamente, ayer el Ministerio Público dio a conocer su petición de pena para los dos arrepentidos, a los que les aplicó las atenuantes de drogadicción y reconocimiento del delito: dos años de cárcel de prisión para Calvo Heredia, además de la multa que no pagará, y año y medio de cárcel para Libaniel Moreno. Ninguno de ellos regresará ya a prisión. Al primero le fueron incautados once paquetes de heroína -5,4 kilos- con poca pureza cuando, según la fiscal, iba a entregarlos al matrimonio en un área de servicio de Sanxenxo el 8 de diciembre de 2021. Al segundo le fueron incautados 35,4 kilos de hachís.
La fiscal sitúa a Javillo en la cúspide de esta trama de drogas, aunque no llegó a acusar por organización criminal. “Janeiro es el organizador principal de todo esto”, destacó la representante del Ministerio Público, quien añadió que Rosa y su hijo, Miguel Ángel, también participaban en el “negocio”. En el chalé donde residía -solo Rosa aseguró vivir allí- había heroína en el falso techo (137 gramos) y sustancias de corte. La inquilina aclaró ayer que desconocía que la droga estuviera allí ya que la casa es alquilada.
Para el Ministerio Público, Javillo también hacía caja con la cocaína y el hachís. Los cuatro kilos de cocaína intervenidos en el coche que fue parado en Carballiño, en el que viajaban Jesús Nine Oubiña y José Alfonso García, el 13 de diciembre de 2021, iban a ser entregados a Cristian Sanginés, que llevaba consigo 6.000 euros cuando la Policía le dio el alto (un recadero de los Janeiro, que habían sido detenidos días antes). García asegura que la bolsa era suya -un encargo de “un señor calvo con moto” que aceptó por deudas-, aunque no sabía qué contenía. El letrado de Sanginés tiró de sarcasmo: “Este letrado, tras 23 años de ejercicio algo sabe del precio de la cocaína, por motivos profesionales, y 6.000 euros no pagan 4 kilos de coca”.
A Alejandro Mendoza la fiscal le atribuye negocios con Libaniel y el abastecimiento de hachís desde Ponferrada o Sevilla. Su abogada aseguró que solo es un padre de familia “con una vida ordenada y modesta” al tiempo que tildó la investigación policial, en la que intervinieron tres cuerpos, de “caótica”, sin apoyos objetivos y llena de conjeturas.
La intervención más extensa, histriónica y cargada de artículos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal la protagonizó Ventoso, la abogada de los Janeiro, Nine Oubiña y Alfonso García. La letrada ve “hipótesis policiales” donde la fiscal asegura que hay “pruebas indiciarias”. En su informe, volvió a reclamar la nulidad por “actividad prospectiva desde enero de 2021”, cuestionando que Javillo estuvo sometido a un seguimiento policial “por si caía algo en la caña” cuando pesaba sobre él una orden de búsqueda para cumplir una condena por narcotráfico.
