INCENDIO
Arde una casa en Rairo, Ourense
El mercado inmobiliario vive un año de grandes cifras, en el que las ventas mostraron los mejores registros de la década en el primer semestre, mientras que la incertidumbre se cierne sobre la segunda mitad del año tras la subida de los tipos de interés y el consecuente encarecimiento de las hipotecas. Otro de los rasgos característicos de este periodo es la búsqueda de casas, en detrimento de los grandes edificios, al menos en la provincia.
El agente inmobiliario de Remax Habitat, Carlos Iglesias, afirma que “el 90% de las ventas de este año son casas”, ubicadas principalmente en las afueras de la ciudad, en concellos como O Pereiro de Aguiar o San Cibrao das Viñas, y con un terreno disponible que “no tiene que ser muy grande, quizás sea una finquita para salir y respirar un poco de aire puro”.
Los datos que ofrece el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana muestran que la concesión de licencias para la construcción de viviendas unifamiliares en la provincia alcanzó, en el primer semestre de 2022, el registro más alto desde 2009. En este periodo se permitió la edificación de 62 casas, una cifra que en el mismo periodo del año pasado fue 58, por las 33 de 2020, las 40 de 2019 o las 55 de 2018.
Mientras, los edificios se mueven en la tendencia inversa, marcados por la ausencia de un Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) en la ciudad, donde suelen concentrarse las construcciones de mayor envergadura. En la primera mitad del año, se levantaron cuatro bloques de viviendas en toda la provincia.
Iglesias apunta que la pasión por las casas se intensificó a partir de la pandemia, cuando los ciudadanos comenzaron a “valorar mucho el poder estar al aire libre”. Los compradores de estas viviendas son principalmente “gente joven con un trabajo estable y un sueldo un poco decente”. La demanda se concentra mucho por ahora en las inmediaciones de la capital provincial, ya que “la gente quiere campo, pero no quiere estar una hora en coche, se busca la cercanía a la ciudad y al trabajo”. No son muchos los inmuebles que reúnen todas las condiciones, por lo que la oferta en estos lugares comienza a escasear. En cuanto a las dimensiones de las casas de nueva obra, estas tienen, de media, unos 200 metros cuadrados. Las estadísticas muestran que las de ahora son ligeramente más pequeñas que las de hace años, ya que la media de 2012 fue de 226 metros cuadrados por vivienda. En 1992, el tamaño medio fue de 221 metros cuadrados.
Ourense cuenta con una amplia oferta de casas, ya que es una de las provincias con mayor proporción de inmuebles vacíos. Sin embargo, estas siguen sin ocuparse, bien por estar en un territorio alejado de los servicios básicos o bien por su estado de deterioro, ya que las reformas se encuentran saturadas por la falta de mano de obra, materias primas, y el encarecimiento de estas. En la primera mitad del año se concedieron 79 licencias para la ampliación o reforma de viviendas, el registro más bajo desde 2014. En el mismo periodo de 2018, año con más actividad de la década, se concedieron 140.
Más allá de las construcciones de uso residencial, las grúas no encuentran trabajo en la provincia, ya que en la primera mitad del año se edificaron 9 inmuebles con fines no residenciales, el registro más bajo de los últimos siete años. De estos, cinco son almacenes, mientras que dos instalaciones son de “turismo, recreo y deporte”, por una con fines ganaderos y otra de transporte. Destaca el caso de las construcciones para oficinas, que llevan sin nuevas edificaciones desde enero de 2020. En los últimos diez años se construyeron siete inmuebles con este fin. Tampoco proliferan los edificios industriales, con 24 de nueva obra desde 2012.
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