Elena Rivo: “Me emociona que me canten el cumpleaños feliz por teléfono”

Ni paracetamol ni tiritas. En su bolso no hay nada de eso. Lo que podemos encontrar es “la cartera, un cepillo y un set rápido de maquillaje”. Y en la cartera no faltará dinero, “suelo pagar con tarjeta, pero siempre me gusta llevar algo de efectivo. Me da seguridad, por si surge algún imprevisto o si falla una tarjeta”. Se puede decir que es previsora, por eso si de repente hubiese un apagón en su casa, no habría problemas. “Reconozco que me gusta tener una linterna cerca, pero bueno ahora con el móvil también hay otra opción. Antiguamente encendíamos una vela, después la linterna y ahora el teléfono”. Y no deja nada al azar, “tengo un cajón con pilas de diferentes tamaños para reponer en todos los electrodomésticos. Es una manía que tenía mi padre y yo la sigo”. No duda a la hora de nombrar a la primera persona a la que llama cuando le pasa algo bueno, “a mis padres”, que también son los primeros en conocer las malas noticias, “nunca me han fallado”. Lo mismo que su grupo de amigas, “siempre han estado ahí”. Por eso cree en la importancia de cultivar esas relaciones y dedicarles tiempo. Señala la “lealtad” como uno de los valores de una “una amistad real.” Así que probablemente con ellas se le haría menos aburrido guardar horas de cola para disfrutar de un concierto. “En mi época me encantaba Mecano, me fascinaba. Ahora es Coldplay, me parece que te sube un tono y te da una alegría”. Aunque no sacaría entradas para una actuación de K-Pop, género musical coreano, “no lo conozco.” No se la puede definir como mitómana, pero si tuviera que pedir un autógrafo a un actor o actriz, sería “a Julia Roberts”, de la que destaca dos títulos, “Pretty Woman y Erin Brockovich, en los dos casos son mujeres con personalidad”. Y tras esa firma, podría invitar a la actriz a una lubina a la sal, el plato que elegiría si tuviera que presentarse a un programa de cocina. “Me gusta la cocina y no me importaría participar en un concurso”. Pero no sería Masterchef, “lo conozco. Me gusta la parte de visualizar el trabajo de los cocineros, pero no cómo tratan a la gente. Nada justifica tratar mal a las personas, ni por motivos televisivos, ni en trabajo, ni en política”. La televisión no está en la lista de sus pasatiempos preferidos, aunque sabe quién es Cristina Pedroche y al preguntarle lo primero que piensa cuando escucha ese nombre contesta, tras unos instantes: “Continente”. Le gusta relajarse viendo películas, “las naif, las simplonas. Creo que la vida ya tiene suficiente complejidad” y viajando. Puesta en la tesitura, elige como destino inmediato Venecia, situada en el mismo país en el que está el monumento que más la ha decepcionado, “la Fontana de Trevi, sin duda”. Aunque en ninguna de las dos ciudades se tomaría un vermú, “soy en general bastante sosa y no bebo alcohol. Aunque ya no discuto cuando alguien se empeña en que tome un vino. Lo pido y mojo un poco los labios”. De lo que sí disfruta es de cantar el cumpleaños feliz, “tengo 17 sobrinos y se la canto por teléfono”. También le gusta escucharla, “me la canta una tía, de las pocas personas que lo hacían, y siempre me hizo mucha ilusión, me emociona”. Es probable que en su móvil haya alguna imagen de esas celebraciones, “me gusta hacer fotos de recuerdos” e intenta que no se pierdan, “ahora hago álbumes digitales.” Poco a poco ha entrado en algunas redes sociales, pero tener hijos adolescentes en casa le ha enseñado cosas como que “el face es cosa de mi generación, me dicen que ya somos prehistóricos” o que, aunque ha hecho algo en tiktok con su hija, ésta considera que “estoy muy mayor y que su madre no está para esas cosas”.