¿Es tan grave?
Es un virus que se transmite con más facilidad que los habituales y que algo más contagioso, por ahora. Esta es una epidemia que va a acabar, porque, como todas las epidemias, tiene un principio y un final. No es una epidemia más grave que otras, sino más brusca.
¿Por qué tantas medidas?
La onda epidémica es muy brusca y hay un pico muy alto. Me preocupan los trabajadores sanitarios, sobre todo porque pueden haber enfermos que tengan que desaparecer del mapa y que no se pueda atender a otros pacientes. La población no tiene que asustarse, pero tiene que ser responsable y hacer lo que se pide. No sabemos si este año habrá más muertes por gripe que por coronavirus, seguramente haya más por gripe. Lo que pasa es que es un virus nuevo y tiene un problema de contención. Es más un problema de comunidad que de salud individual.
¿Qué debemos hacer?
No estar en aglomeraciones; evitar viajes, sobre todo en servicios públicos; no ir a celebraciones masivas; hablar con la gente conauna distancia de un metro y no toser a la cara. Y lavarse las manos.
¿Hay que recluirse en casa?
No es necesario, salvo que se esté acatarrado o con infección. Si hay sospecha de algún contacto o se viene de Italia o Madrid, quedarse en casa. La gente que está bien puede salir a la calle e incluso tomar un vino. Se puede hacer vida normal con una distancia razonable y no tosiéndose. Esas medidas harán que se aplane la epidemia en dos semanas. Y que los profesionales sanitarios se cuiden un más todavía.
¿Qué deben hacer los mayores?
Los mayores frágiles deben evitar consultas rutinarias que se pueden retrasar o resolver por teléfono. Que se muevan lo menos posible de casa o de su paseo habitual. Son los que más deben evitar aglomeraciones. n
