La titular de Instrucción 3, Eva Armesto, quiere saber qué ocurrió en el vestuario masculino del polideportivo del instituto Julio Prieto Nespereira (más conocido como el Sexto) a las 13,45 horas de ayer cuando un muro de separación en la zona de duchas sepultó a la altura del pecho a Manuel F., un alumno de tercero de la ESO (15 años), y le provocó la muerte debido a la virulencia del aplastamiento, aunque los sanitarios del 061 intentaron reanimarlo durante minutos. Otro compañero de la misma clase, Diego T., resultó herido en una pierna y un pie (a última hora de la tarde recibió el alta en las urgencias pediátricas del CHUO). El resto del grupo resultó indemne porque corrió o pudo esquivar los cascotes.
Los estudiantes, de una clase de 20, según aseguraron desde el equipo directivo del centro, habían terminado la jornada matutina con Educación Física. Chicos y chicas se separaron porque no comparten vestuarios. Los chavales jugaban con un tirachinas en el vestuario masculino cuando la pared, de 1,4 toneladas de peso, 2,80 metros de largo por dos de alto, se vino abajo desde la base, resquebrajándose en dos. A partir de ahí, las versiones dadas por los estudiantes difieren. Hay quien incluso dice que Manuel intentó sostener el tabique para que no aplastase a su compañero.
Lo que no está claro tampoco es el estado en el que se encontraba la pared de ladrillo revestido de azulejo. Según los padres agolpados a las puertas del centro y algún que otro exalumno, era un secreto a voces el deterioro del tabique. “Esto es un barrio y todo se sabe; el mal estado del vestuario, de la pared… Era un rumor muy corrido”, aseguraba Ana Fernández. Esta madre dice que su hijo jugaba al baloncesto en el Sexto y ella “hasta tenía que llevar un cojín y manta cuando iba a verlo porque hacía mucho frío en el pabellón”.
Erik R.R., quien cursó estudios en este centro hasta hace un año, fue especialmente crítico. “Era una zona mal cuidada y les daba igual”, aseguró, para hacer extensible las deficiencias “a un ascensor para minusválidos que no funcionaba”.
“O muro que lles caeu encima estaba un pouco deteriorado; ó empurrar o muro movíase”, detallaba otra estudiante, a la hora de explicar que la humedad de los vestuarios contribuía a la inestabilidad (el centro fue construido hace 30 años).
La jefa de estudios, Marta Marcos, lo desmintió. “Nunca hubo queja al respecto; ayer jugaron los del cento de al lado y no vieron nada raro (…); es menos duro buscar un culpable que ver que hubo mala suerte”, aseguró la docente.
El presidente de la Xunta del Galicia, Alfonso Rueda, salió al paso a las pocas horas, aunque tampoco conocía las causas del derrumbe. Eso sí, recordó que hay “una investigación en curso” y ofreció “toda la colaboración” del Gobierno gallego. Preguntado sobre si había constancia de alguna queja por el estado del muro, el presidente de la Xunta insistió en que “todo” saldrá de esa investigación, si bien a continuación puntualizó: “Lo que nos transmite en este momento la dirección del centro es que no había constancia de ninguna queja”. “Insisto en que hay una investigación judicial y, por supuesto, la Xunta colaborará en todo lo que se le solicite, en particular porque lo que interesa es saber lo que pasó”, apostilló. Rueda también trasladó a los allegados del alumno fallecido sus “condolencias”, porque “es inimaginable el dolor que están sufriendo”.
José Antonio Álvarez, presidente de la Federación de Anpas Públicas de Ourense, confirmó a este diario que no les llegó la queja del mal estado de los vestuarios pero sí la falta de ascensor para personas con movilidad reducida. Lamentó lo sucedido y puso a disposición de los padres “su gabinete de psicólogos”.
Policía judicial
La muerte violenta del menor se judicializó desde que la magistrada de guardia autorizó el levantamiento del cadáver, ordenando la realización de la autopsia. Armesto encargó un informe técnico sobre el estado del muro y un reportaje fotográfico completo, además del precinto del vestuario hasta que se determine qué sucedió.
En los institutos es la Xunta de Galicia quien asume las intervenciones grandes y el mantenimiento de los centros. En los colegios, son los propios concellos quienes asumen el mantenimiento.
El delegado territorial de la Xunta en Galicia, Gabriel Alén, quien acudió a las instalaciones educativas, según se activó la alerta, declinó ofrecer explicaciones amparándose precisamente en la investigación judicial, aunque en algún momento de su intervención llegó a calificar lo sucedido de “accidente”. Solo se pronunció para “lamentar o falecemento deste rapaz” y transmitir “as condolencias á comunidade educativa”.
El dispositivo de emergencias alertó a vecinos
El despliegue de ambulancias, coches policiales y efectivos de los bomberos no pasó desapercibida entre los vecinos del barrio, que enseguida salieron a la calle. “Lo primero que pensé al ver qué entraban al Sexto fue que un loco de eso que entran a los institutos americanos la había montado”, aseguraba Pilar. Mientras que la Policía Local cortaba la calle de acceso e impedía el acceso al centro, los agentes de la brigada de Policía Judicial de la Comisaría se disponían a inspeccionar el vestuario. Los bomberos liberaron al joven con la pierna atrapada entre los escombros y al fallecido, con ayuda de herramientas hidráulicas.
Avances en la investigación
El juzgado ha decretado el secreto del sumario, al tiempo que ayer tiempo después del derrumbe del muro en el Sexto Instituto se encargara la realización de un informe técnico acompañado de un reportaje fotográfico. Unas imágenes que servirán para determinar el estado de dicho muro y la conservación de ese elemento que separaba los vestuarios de las duchas. Además, según fuentes consultadas por La Región, se investiga la posible aplicación de fuerza sobre el muro, lo que podría haber provocado su vencimiento.
