Crisis del coronavirus

Gestorías: próximas a la saturación y en plena lucha contra el calendario

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photo_camera José Manuel Díaz (archivo), Julio Castro Vila, frente a su gestoría y Josñe Manuel Domínguez, de Dompa
El gran volumen de trabajo producido por los ERTE y los periodos tributarios marca a un sector que acusa la incertidumbre

Es difícil que en una conversación con un empresario o comerciante no salga a la luz la palabra "gestoría". Un servicio esencial según el último Decreto aprobado por el Gobierno que vive días de un trabajo desproporcionado. Por su carga y por su volatilidad. Lo que hoy es blanco, mañana es negro. Una situación que dificulta el asesoramiento a sus clientes justo en el momento que más lo necesitan. Números, pero también palabras se aliento, mientras se multiplican para llegar a todo. 

"Desde la declaración del estado de alarma, el 13 de marzo, hasta el 31 de marzo se promulgaron 142 normas diferentes. Nos encontramos con una inseguridad jurídica brutal. Hoy pensamos una cosa, asesoramos a nuestros clientes, y mañana nos dicen otra. Por ejemplo, se intuye y se dice que la situación no va a ser tan grave y se opta por los ERTE. Pero claro, luego empeora todo y los profesionales se plantean si hicieron bien porque no saben si podrán mantener seis meses a todos sus trabajadores", señala Julio Vila Castro, socio-director de la Asesoría Vila Castro.

"Del 13 a 31 de marzo se promulgaron 142 normas diferentes. HAY una inseguridad jurídica brutal", señala Julio Vila Castro

Las jornadas laborales se extienden hasta las 12-14 horas. Poco descanso y mucha exigencia para ofrecer soluciones a sus clientes "y también nuestro cariño e incluso ayuda psicológica, porque es un momento duro. Ahora tenemos mucho trabajo pero, cuando esto pase y negocios se queden por el camino... ¿Cuántas cuotas nos van a venir de vuelta? ¿Cuántos clientes van a cerrar? ¿Cuántas nóminas vamos a dejar de gestionar?". 
Julio Vila Castro celebra que "se nos considere 'esenciales' para que la gente se de cuenta que somos sus doctores económicos. Ves las caras de los compañeros en videoconferencias y parecen que son fruto de dos días de resaca. Somos humanos y estamos actuando como supermanes y robots.", apunta.

Inseguridad


Sensaciones similares a las que tienen en el gremio. Es el caso de la Gestoría Marcelino Díaz. Mezclando el trabajo presencial (a puerta cerrada) y el teletrabajo intentan dar salida a la gran demanda de solicitudes que han llegado en las últimas semanas. "Estamos a tope, especialmente en ERTE, desgraciadamente. Al final sufres lo que le está pasando a los clientes y a las empresas. Todo el mundo está estresado porque no ve claro el futuro. Hay mucha incertidumbre. La colaboración de las asesorías con las administraciones públicas es muy buena para resolver los problemas del día a día. Pero, por su parte, el Gobierno actúa a salto de mata, aprobando hoy un decreto, mañana otro. Y eso provoca gran inseguridad", destaca José Manuel Díaz, su responsable.

No le coge de sorpresa lidiar con periodos de carga laboral considerable, pero la crisis del coronavirus ha provocado una situación sin precedentes. "Estamos acostumbrados y es nuestra profesión, pero nunca nos vimos obligados a dar respuestas en tan poco margen de tiempo con seguridad, con tanta premura y con plazos muy cortos. Ahora estamos con los ERTE y con las declaraciones trimestrales del IVA y con los . Todos los colegios profesionales hemos pedido al Gobierno ampliar el plazo que termina el 20 de abril. Tener 10 días más, al menos. Estamos saturados. Es la tormenta perfecta", apunta Díaz.

"Estamos saturados. se juntan los ERTE con el pago del trimestre. es la tormenta perfecta", dice José Manuel Díaz

"Muchas empresas pequeñas se quedarán en la cuneta", lamenta José Manuel Domínguez, de Dompa Gestión

Una problemática sin fecha de caducidad en el horizonte. Lidiando con el presente y pensando en el futuro está José Manuel Domínguez, de Dompa Gestión. "No sabemos hasta cuándo se prolongará esto. Va a ser muy complicado conseguir que toda la actividad vuelva a la normalidad. Esto ha sido un palo muy duro. Y habrá mucha empresa pequeña que se va a resentir. Creo que muchas se quedarán en la cuneta", reflexiona. En su gestoría, aunque poco a poco, se va notando con el paso de los días cierto alivio "Hemos sentido que ha bajado algo la presión. Antes se nos acumuló todo, desde el 14 de marzo, y fue bestial. Notamos que el cliente sufre, está nervioso y a la deriva", asegura

Una batalla sin un final cercano que supone toda una prueba de auténtica resistencia para el sector.

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