El Gobierno nos pone la mascarilla

OURENSE 6/04/2020.- Historias del coronavirus. Raquel García.  José Paz
photo_camera Raquel García, con una mascarilla de 'anime' japonés.// José Paz
Después de insistir durante meses en que el uso de mascarillas era innecesario, salvo para personas ya enfermas o para el personal sanitario, el Gobierno muda de opinión. El problema es que no las hay en el mercado.

En la ferretería Saínza la persiana está medio bajada, y la puerta cerrada. ¨Sólo se atiende a profesionales y mayoristas”, indica. Uno que no es ni lo uno ni lo otro, golpea en el vidrio. El comercio abre como si fuera un negocio clandestino, estos días todo parece sospechoso. ¿Mascarillas? ¨Uff, hace ya dos meses”. Ya ni le pregunto si las tiene, sino cuándo fue la última vez que las vio.

Lo del Gobierno con este tema es como aquello de “cada vez que hablan sube el pan”, una especie de baile de la yenka en medio de un cataclismo. No hay mascarillas en ningún sitio, sin embargo las calles están llenas de gente con ellas. FFP3, FFP2, quirúrgicas, del sulfato, cosidas en casa. Todo el mundo tiene un amigo que tiene un primo... Las explicaciones darían para un buen relato. Cada día no enteramos de talleres clandestinos, de robos al por mayor. Si alguien deseaba tensión y convertirlas en objeto de deseo lo ha conseguido. 

En la farmacia

OURENSE 6/04/2020.- Historias del coronavirus. Marisol Carrera en la farmacia de Avendia de Zamroa.. José Paz

Marisol Carrera, en la farmacia de la Avenida de Zamora.

Con el mismo propósito acudo a una farmacia en la avenida de Zamora. Hay una fila inmensa de gente a la espera. A la primera le pregunto por el tema, “me la consiguió mi novio”. ¿A cuánto estará ya el kilo de mascarillas? Preguntar en una farmacia por ellas a estas alturas es casi como buscar pelea. “Nosotras somos las menos informadas”, responde al otro lado Marisol Carrera, amable, y a la que consigo ver media melena rubia a duras penas tras una mampara de metacrilato y dos pares de mascarillas puestas, ninguna homologada. Qué tiempos aquellos en los que ir con la cabeza cubierta no estaba permitido; ahora es francamente difícil saber quién tienes delante, aunque sea tu vecino. Ella -dice- recomienda a los clientes que siempre es mejor que se pongan algo, aunque “fuera una pañoleta”.

La actitud del Gobierno con las mascarillas evidencia falta de previsión; no eran necesarias porque no las había

“Yo pedí por Amazon una que lleva un no sé qué de carbono”. Comenta un joven en chándal de circunstancias y paraguas bajo el sobaco. “¿Cuántas compraste” Una, tres euros. Lo dicho, un negocio. Una mascarilla, para que sea eficaz, hay que renovarla cada poco. “Cando cheguen xa non farán falta”, apunta el tipo en chándal.

OURENSE 6/04/2020.- Historias del coronavirus.Raquel García en su librería. Rosa María araujo.  José Paz

Rosa María Araújo, con una máscara en plástico de acetato hecha por ella.

En la misma calle, en una librería que vende prensa, por eso abre, Rosa María lleva puesta una máscara que ha hecho con una lámina de acetato; lo ha visto por internet. Se siente segura así, me dice. También tiene otras, que eran de su padre de dar sulfato. En esas andamos todos. 

En Correos, una cola monumental que no avanza. Cuti y Doroti son taxistas, la asociación del taxi les ha trasladado un correo del Ministerio de Transportes en el que les convoca allí para recoger un paquete de dos para cada uno. Doroti además lleva un sobre con mascarillas para enviar a una hija suya, “Esta la conseguí por medio de un sobrino que tengo en el 061”, apunta Cuti.

OURENSE 6/04/2020.- Historias del coronavirus. José Paz

Doroti Vázquez, en la cola de Correos muestra mascarillas para enviar a su hija.

De vuelta a casa, a la puerta de un supermercado en el Posío una chica llama mi atención, por su mascarilla. Me cuenta mil cosas de cómo se hizo amiga en el instituto de unos chicos fascinados por la animación japonesa, y cómo el año pasado en una feria del ramo en A Coruña se hizo con una máscara inspirada en ese mundo. ¿Protección? “Quiero pensar que sí”. Es simpática, se la ve feliz. Así estamos. 

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