Pasó lo que pasó

Qué gran Ikea hemos tenido

La rúa do Paseo, principal arteria comercial de Ourense (MIGUEL ÁNGEL).
photo_camera La rúa do Paseo, principal arteria comercial de Ourense (MIGUEL ÁNGEL).
Hay mudanza en las tiendas. Ni las grandes se libran de maletas. Una multinacional llega y otra se pliega en medio de la excitación popular. ¿Qué el comercio local pliega? Un responso y un vaya por Dios.

Entre aleluyas y responsos

Cansados de las canalladas de las estadísticas sanitarias, agobiados por las restricciones y la hipocresía de la cena navideña echando de menos a los cuñados, el bálsamo de fierabrás está en anhelar lo que no tienes. Lo mucho se vuelve poco con solo desear otro poco más, decía Quevedo. El deseo en Ourense, quizá como en otros muchos lugares, es una marca. Miles de ourensanos han hecho rular una noticia publicada por este periódico anunciando que Ikea va a montar poco más que un mostrador en el centro comercial.

El interés superó con creces cualquier hecho sobre la vacuna, también despertó mucha más apetencia informativa que cualquier estupidez del alcalde. Saber que al menos un trocito de la multinacional estará al alcance del ourensano medio colma la curiosidad del ciudadano, provoca el latido de la excitación, un dilatar de pupilas. Conocer, como también se ha contado en estas páginas, que la milla de oro del Paseo pierde uno de sus rótulos causa oleadas de apetito informativo. Es reconfortante saber que es importante saber dónde se puede gastar uno el dinero que a lo mejor no tiene. Una de las secciones más vistas del Hola son las primeras páginas en las que aparecen fastuosas mansiones de gente a la que le han inyectado el chip subcutáneo de la opulencia o de la horterada, que también hay. Cada uno tiene sus perversiones: aspirar a ser o solo ver cómo son los demás, un voyeurismo comercial muy en boga.

El sismógrafo ourensano recogió movimientos telúricos en su sociedad al saber que Ikea monta un stand y que Springfield sale del Paseo. Otras situaciones políticas o sociales, incluso estomagantes, no cambian la teoría de la tectónica de placas. Pero sí lo hacen las tiendas que están, se van o puedan llegar. Más allá del ejercicio de gastarse el dinero donde nos peta, por el comercio local corren de nuevo escalofríos sabiendo que el potencial cliente reza porque llegue Ikea mientras ya ni canta responsos por la tienda de la esquina. Que habrá cierres (de grandes y pequeños) es más que probable, casi tanto como que una parte del sector en la ciudad, en vez de superar su crónica división y miopía, y reaccionar, se encoge de hombros esperando leer la llegada de su próximo competidor. O viendo como a sus clientes se les acelera el pulso cuando conocen que puede venir una nueva marca.  

Riesgo de un apagón

Inditex reorganiza su red y cierra Massimo Dutti en Ponte Vella. Los grandes también tienen catarro. La multinacional está pactando las mejores condiciones laborales para los afectados por los cierres y los sindicatos casi corean "que viva Amancio Ortega". El virus le da a esto una vuelta como a un calcetín. Las actividades comerciales están dentro de la tormenta perfecta y salvo milagros muchos comerciantes se convertirán en náufragos. La sensación de soledad del dueño de la tienda es inmensa. Las ciudades, que se uniformizaron con las mismas franquicias, están igual de expuestas. La fisionomía urbana es uno de los retos del presente, la estructura de sus servicios requiere capacidad predictiva, también en Ourense, donde algunos barrios tienen párpados caídos. Pero ni la atención urgente del momento, ni la transformación a corto plazo están en la agenda municipal. Habrá que seguir esperando a que el alcalde este acabe de divertirse con lo del alumbrado navideño. Cuando lo apague, igual ya apagó la luz la tienda. 

Capaces de ver, incapaces de hacer

El PSOE ha dado estos días oficialidad a lo que ya sabíamos, no a su flojera en el Concello (que también) sino a su mal llamada ingenuidad por creerse los cuentos chinos del alcalde que este partido y resto de la oposición mantienen en el cargo. 

Los socialistas corrieron a contar que habían descubierto que todas las trapalladas que Jácome presentó como propuestas de gobierno era mera diarrea mental: ni torre de 80 pisos, ni uso de la vieja cárcel, ni parque mapamundi o de A Ponte. Dicen los de Villarino (bueno, no todos se reconocen en él) que, además, la reforma de la calle Concordia "non se poderá facer". Tampoco, por lo que se ve, son capaces de liderar la alternativa. 

El plató no es una industria, aún

Ourense, plató de Netflix, decía un titular en este periódico, resumiendo ambientaciones de "El desorden que dejas". La provincia y sus genes inspiran ficciones que se confunden con la realidad. Ya son muchas las películas rodadas aquí, un imán para directores, también para creadores y músicos. No es una industria aún, no reportará valor económico en sí mismo, pero al menos da intangibles como valor de imagen positiva. Que la necesitamos. Cada día más. 

Al poner la lupa: palmeras como patas de elefante

OURENSE (AS BURGAS). 16/12/2020. OURENSE. Operarios de una empresa especializada proceden al corte y limpieza de las palmeras afectadas por la plaga del picudo rojo en el entorno de As Burgas. FOTO: ÓSCAR PINAL

Las moribundas palmeras del entorno de As Burgas se parecían a gigantescas patas de elefante. Como la mitología que envuelve a los paquidermos, que nos ha hecho creer que buscan un lugar donde expirar, los históricos árboles claudicaron con el exiguo peso de unas luminarias de Navidad. Ellas, que han adornado uno de los enclaves de referencia de la ciudad, se han convertido en meros tocones. Informes de los técnicos municipales desaconsejaban las luces como colgajos. Pero el alcalde tampoco escuchó al concejal de Medio Ambiente, que es él. Ya no se escucha ni a sí mismo.

El portafotos
Juan Manuel Casares Gándara preside el Consello Regulador de la Denominación de Origen Ribeiro desde 
 2017. No era ningún paracaidista porque venía de la dirección de la Estación de Enoloxía  de Galicia. O Ribeiro fue durante décadas un campo social minado, complejo, mestizo. Incluso podría inspirar al célebre pintor Laxeiro cuando dijo, referido a Galicia en su conjunto, "que gran país, que carallo de xente". Qué gran tierra O Ribeiro, que carallo de xente va a veces en el autobús del desarrollo. La entidad que preside Casares ha hecho un esfuerzo analítico y estratégico que merece ponderación sobre todo en la tierra del "ti vai empezando". El sector, pese a estar muy atomizado, trabaja en diferentes planos: el estratégico, el de la innovación y en el de la promoción. Siempre con el mismo denominador común: la calidad. En días pasados se entregaron los premios de la Denominación de Origen, un estímulo para mucha gente. Juan Manuel ha puesto una pica en lo alto de la colina de la histórica comarca vitivinícola. El trabajo es lento, plagado de dificultades, pero eficaz. Desde lo alto vislumbra la viticultura y sus actores principales, a veces, qué carallo de xente.
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